El PP descarga sobre el Senado el peso de solucionar el conflicto de Treviño
VIENE DE LA PÁGINA 1 El Partido Popular, tratando de conjugar los intereses contrapuestos en Castilla y León y en Álava, ha adoptado la estrategia de eludir el debate sobre el referéndum solicitado en marzo del año pasado por los treviñeses y descargar toda la responsabilidad sobre el Senado, lo cual en la práctica significa una nueva dilación en el proceso. El PP prefiere centrar la atención en la manera de solucionar los problemas de servicios que sufre el enclave. De manera un tanto sutil lo sugirió ayer mismo el alcalde de Vitoria, quien apostó por una incorporación de hecho de Treviño a Álava, pero no de derecho; es decir, ofreciendo a los vecinos del condado los servicios con que cuentan los alaveses. En el plano puramente político, la Junta castellano-leonesa emite el discurso de que las mismas circunstancias que en Treviño "se dan en todo el territorio español". Por tanto la solución idónea pasaría por "una resolución más generalizada a los más de 20 enclaves repartidos por todo el país", comentó ayer Jesús Mañueco, consejero de Presidencia, quien escenificó en Vitoria el primer acercamiento entre las instituciones castellano-leonesa y vasca en casi dos años. El PP alavés asume esa idea sobre la generalización planteada por sus compañeros de Valladolid. "A mí me gustaría que Treviño estuviera en Álava", aclaró el presidente del partido en la provincia y diputado general, Ramón Rabanera, aunque en su opinión "son más importantes otros problemas como las infraestructuras o el entrar en ayudas de fondos europeos". Rabanera recordó además que los vascos deben "ser respetuosos con los estatutos [de autonomía] de los demás". La comisión mixta Mañueco y Rabanera abrieron ayer una puerta para solucionar el déficit de servicios e infraestructuras sufren los habitantes del condado, pero dejan el terreno político en manos del Senado. Y eso que la Cámara Alta ya se pronunció en diciembre de 1995, al recomendar al País Vasco y a Castilla y León que crearan una comisión mixta con un doble fin: solucionar los problemas relativos a los servicios y, de forma paralela, dar "una respuesta definitiva" al conflicto político. Aquella comisión casi ha desaparecido. Su última reunión se remonta a octubre de 1997. Pero ni Rabanera ni Mañueco quisieron ayer darla por difunta: "Mi presencia aquí no sólo es un gesto de buena voluntad, sino el compromiso del Gobierno de Castilla y León de llevar a cabo encuentros para el desarrollo de esta zona", respondió el consejero de Presidencia. Eso sí, el Gobierno castellano es reacio a mezclar el problema social con el político: "Difícilmente podríamos tener credibilidad si no nos mueve la calidad de vida de los ciudadanos. Y ésta no debe tener color político", se justificó Mañueco. Las dos instituciones se emplazaron a una nueva reunión, en la segunda quincena de septiembre, a la que invitaron a los dos alcaldes de los ayuntamientos treviñeses. "Espero que ellos y los habitantes de Treviño vean un cauce de solución en esta comisión que vamos a crear", añadió Mañueco.
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