Los festejos con vaquillas se han reducido un 35% en los últimos cinco años
Los espectáculos con reses en las fiestas patronales de Euskadi, como las sokamuturras, vaquillas o encierros, se han reducido en más de una tercera parte en los últimos cinco años. El riesgo que entrañan y la reducción de la gran aceptación con que irrumpieron hace una década explican su disminución, a juicio de la Dirección de Espectáculos del Gobierno vasco. En Vizcaya han desaparecido más de la mitad de los festejos que se celebraban en 1995. Guipúzcoa acapara casi el 60% de los que se celebran en Euskadi.
En los años 80 la celebración de sokamuturras, suelta de vaquillas o encierros, que hasta entonces se limitaba a un número muy limitado de municipios y se localizaba especialmente en Guipúzcoa y la Rioja Alavesa, se extendió rápidamente por toda Euskadi. La espectacularidad de estos actos, que atraían tanto a corredores como espectadores, y su reducido coste hicieron que se convirtieran en uno de los festejos fijos, hasta acercarse a la difusión que tienen en Navarra. Guipúzcoa ha acogido este año un total de 118 eventos, cerca del 60% de los que se celebran en todo el País Vasco. Vizcaya, con la mitad de población y municipios de Euskadi, sólo ha celebrado este año 25 festejos (el 12%), mientras que Álava ha alcanzado los 63 (el 18%). Álava llegó a tener 91 actos taurinos en 1995, mientras que Vizcaya alcanzó los 62 ese mismo año. La sucesión de accidentes, con muertes y casos de invalidez, obligó al Gobierno vasco a regular el desarrollo de estos festejos. La primera norma se promulgó en 1991 y obligaba a cerrar el recinto donde se celebraban los actos taurinos, a contratar seguros y a limitar el peso de las reses. Dos años después se endureció la regulación al concretar el tipo de seguro exigido, la obligatoriedad de que la organización tuviera a tres personas como responsables del espectáculo y, además, dispusiera permanente de una ambulancia en el lugar de la celebración. Los datos de la Dirección de Espectáculos del Gobierno, el organismo que concede los permisos para que se desarrollen estos actos festivos, muestran el paulatino desinterés de los municipios. Si en 1995 hubo en el País Vasco un total 325 espectáculos -en su mayoría sokamuturras y vaquillas, y, en menor medida, encierros y suelta de reses- y en 1996 se alcanzaron los 334, los años siguientes evidencian una fuerte reducción. En 1997 y 1998 bajaron hasta la cifra de 290. Este año, cuando ya se han desarrollado la mayoría de las fiestas locales, existen permisos para 201 actos hasta el 31 de agosto. Esta cifra puede incrementarse en una veintena de festejos en los próximos meses, según calcula la Dirección de Espectáculos, lo que supondría un descenso del 35% respecto a 1995. De las tres capitales vascas sólo persisten estos espectáculos en Vitoria. Bilbao los ha eliminado este año y San Sebastián lo suprimió hace años. Alberto Sanz, director de Juego y Espectáculos del Ejecutivo vasco, no ve una única razón para la disminución de estos actos, que no se pueden celebrar entre las 22 horas y las 7 de la mañana. "No hay un único motivo", explica Sanz. "El más importante puede ser que a estos espectáculos accedieron municipios que no tenían tradición de ello. Como otras cosas, las sokamuturras y las vaquillas tuvieron su auge y ahora va decayendo. Otra posible causa es el riesgo que comporta y que los heridos que se producen se airean en la prensa y algunos municipios quizá hayan preferido por eso suspenderlos". El director de Espectáculos revela que, desde la entrada en vigor de la normativa, se ha reducido significativamente el número de heridos y los casos graves son escasos. Aún así, en 1998 un joven bermeano quedó tetrapléjico.
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