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Reportaje:MUJERES

Las mexicanas se niegan a venerar al varón

En el año 2000 se suprimirá de las bodas civiles la ultraconservadora 'Epístola de Melchor Ocampo'

Han tenido que pasar más de 140 años para que las mujeres mexicanas empiecen a liberarse de una de las más aberrantes herencias del liberalismo, la llamada Epístola de Melchor Ocampo, una especie de manual del buen comportamiento de la pareja, que todavía es leída en las bodas y que en una de sus partes dice así: "La mujer, cuyas principales dotes son la abnegación, la belleza, la compasión, la perspicacia y la ternura, dará al marido obediencia, consuelo y consejo, tratándolo siempre con veneración".Sin dejar sombra de duda sobre su pensamiento de lo que era un buen matrimonio, la epístola impone la idea de que "el hombre, cuyas dotes sexuales son principalmente el valor y la fuerza, debe dar y dará a la mujer protección, alimento y dirección, tratándola siempre como a la parte más delicada, sensible y fina de sí mismo".

Las ideas ultraconservadoras podrían parecer parte del mandato en algún régimen autoproclamado confesional, pero no de una nación como México, un Estado laico. Más, cuando se deben a la pluma de un liberal, un hombre que peleó por las Leyes de Reforma en el siglo pasado y que murió a manos de los conservadores. Sin embargo, su pensamiento de cara al matrimonio no iba de acuerdo a sus ideales políticos.

Manto protector

A punto está de finalizar el siglo XX y el milenio, con ellos se irá al cajón de los legajos perdidos la Epístola de Melchor Ocampo, que, hoy por hoy, es de lectura obligada en toda boda. Y quizá sorprenda más el hecho de que no es leída en los templos eclesiásticos, sino en las ceremonias civiles, aunque en los últimos tiempos siempre había alguna forma de librarse de los consejos del héroe reformista, que no concedía un milímetro de su liberalismo a la vida conyugal. Y es posible que la epístola haya sobrevivido durante 140 años bajo el manto protector del clásico machismo mexicano, que impone las mujeres un papel secundario en la vida y que todavía tiene múltiples adeptos en una sociedad de casi 93 millones de habitantes, donde el 33% de la Población Económicamente Activa está formado por mujeres, que además en gran porcentaje ellas son cabeza de familia, ya sea porque son madres solteras, abandonadas o quienes más aportan a los ingresos familiares.La directora del Registro Civil en la ciudad de México, Leticia Romero, ha dicho que la Epístola de Melchor Ocampo "está totalmente rebasada" y a lo largo de los años ha sido modificada. Pero, lo mejor, es que desaparecerá en el año 2000 y será relevada por un texto moderno, que se inspire en la igualdad de género y las condiciones del fin de siglo en México.

Las parejas con mayor preparación y recursos económicos se saltan ya el texto, pero este sigue siendo escuchado en las bodas de gente de menores recursos, que en ocasiones tienen la epístola como "guía" o "manual del buen matrimonio", según ha dicho Romero. Y, es posible, que el acendrado machismo que preservan muchos mexicanos tenga su inspiración, de alguna manera en la Epístola de Melchor Ocampo, pues como dice la funcionaria: "En muchas ocasiones son los hombres quienes recuerdan o insisten en que en la ceremonia se lea el mensaje para garantizar que a su futura mujer no se le olvide que le tiene que brindar durante toda la vida abnegación y respeto".

Romero opina que la nueva carta matrimonial deberá ser "emotiva y práctica", porque "el amor maduro significa unión a condición de preservar la propia integridad. De esa manera en el matrimonio cada uno tiene el derecho y el deber de desarrollar sus potenciales".

En fin, sólo quedan unos meses de vigencia a la epístola, en la que no todo estaba mal, como es el hecho de que recomienda que "el uno y el otro se deben y tendrán respeto, deferencia, fidelidad, confianza y ternura".

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