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EL PROCESO DE PAZ

'Indiscreciones' en el proceso de paz

La propia ETA anticipó el 16 de mayo que ya había habido "una comunicación" con el gobierno

A diferencia de las negociaciones de Argel, en 1989, cuando ETA exigía luz y taquígrafos, en el actual proceso de paz la banda terrorista pretende, a juzgar por su "nota de prensa" difundida la noche del jueves, que las relaciones con el Ejecutivo estén rodeadas de la mayor reserva. Pero las informaciones y "filtraciones" sobre la primera y única reunión que han celebrado hasta la fecha los representantes del presidente Aznar y de la organización armada -a mediados de mayo-, que tanto han molestado a ETA, no han provenido sólo de los ámbitos del Gobierno. De hecho, la primera noticia oficial sobre la misma la dio la propia ETA veinte días antes de que, el 7 de junio -a una semana de las elecciones locales y europeas-, fuera confirmada escuetamente por Aznar en una conferencia de prensa con el líder albano-kosovar Ibrahim Rugova. En una entrevista publicada el 16 de mayo en los diarios Gara y Euskaldunon Egunkaria, y a la pregunta de si había existido ya "alguna relación" con el Gobierno tras la tregua, dos dirigentes etarras encapuchados contestaron, tras resaltar que "la discreción es totalmente imprescindible en estos procesos": "Confirmamos que ha habido una comunicación, pero en este momento no hay nada más que decir".Al día siguiente de la escueta corroboración hecha por Aznar el 7 de junio -los detalles de la reunión publicados por la prensa en esas fechas se atribuyeron tanto a "fuentes gubernamentales" como al "entorno de ETA"-, el grupo armado confirmó a su vez, en un breve comunicado, la celebración reciente de un "contacto directo", dirigido a conocer "si el Gobierno español tiene voluntad de respetar el proceso político iniciado en Euskal Herria".

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A partir de ese momento, la divulgación de otros pormenores del encuentro de las dos delegaciones ha procedido de dirigentes del PNV. Joseba Egibar aducía ayer que Xabier Arzalluz, en sus declaraciones a The New York Times, el 16 de agosto, se limitó a hablar del primer contacto, "del que todo el mundo sabía". Pero lo cierto es que Arzalluz ofreció al diario estadounidense datos que ningún otro político había facilitado en público. Así, que la reunión ETA-Gobierno se celebró en Suiza, y, sobre todo, que Mikel Albizu Antza, el jefe del aparato político de ETA, estuvo acompañado de una mujer, cuyo nombre Arzalluz dijo al periodista que no recordaba.

Basándose en lo declarado por Arzalluz, el diario norteamericano señalaba que la delegación de ETA preguntó a Ricardo Martí Fluxà, Javier Zarzalejos y Pedro Arriola -representantes del Gobierno- "si el Estado reconocería el derecho de autodeterminación para los vascos", a lo que aquéllos habrían puntualizado: "Nosotros no representamos al Estado. Representamos al primer ministro [por el presidente del Gobierno]". En la misma crónica, Arzalluz anticipaba de forma vaga la posibilidad de que no se celebrara en la fecha prevista -la segunda quincena de agos-to- la segunda reunión entre el Gobierno y ETA, como así ha sido. Ya en otras declaraciones, el líder peneuvista revelaba que había "oído" en los "ámbitos de ETA" que estaban "muy desesperanzados" por el inmovilismo del Gobierno. Indiscreción por indiscreción, la pista definitiva sobre el colapso de las comunicaciones ETA-Gobierno la dio el pasado día 22 el portavoz del PNV, Joseba Egibar, en El Diario Vasco. Egibar dejó caer entonces su "impresión" de que no iba a celebrarse el esperado segundo encuentro. ¿La causa?, la dichosa indiscreción. La filtración del primer contacto, en campaña electoral, decía Egibar, fue "un pésimo indicador de falta de discreción".

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