El secuestrador de un avión marroquí se entrega en Barcelona
El secuestrador de un avión de la Royal Air Maroc que volaba de Casablanca a Túnez se entregó a las cinco de la madrugada en el aeropuerto de Barcelona, adonde había desviado el aparato. El pasaje fue desalojado hacia las cuatro y cuarto. En el avión, entonces, sólo quedaron el piloto, el secuestrador y la persona que negoció la rendición del mismo. En el avión viajaban 79 pasajeros y nueve tripulantes.
Tras conocerse el secuestro del avión se constituyó un equipo de crisis en el aeropuerto de Barcelona con representantes de AENA, del Ministerio del Interior, Protección Civil y Delegación del Gobierno. El subdelegado informó a las dos de la madrugada a la prensa que no habían podido precisar si el secuestrador con quien mantenía contactos en francés era de origen galo o marroquí. En aquella hora, con el avión secuestrado en la pista, las autoridades no quisieron dar ninguna información sobre si el secuestrador iba armado. El aparato llegó a Barcelona hacia las once de la noche y fue aparcado en una cabecera de pista sin entorpecer el tráfico aéreo. Aunque las autoridades sólo mantenían contacto con un secuestrador, desconocían si iba acompañado. Al conocerse el suceso, la Policía acordonó el aeropuerto sin interrumpir, sin embargo, el normal funcionamiento del mismo. Unos 200 policías vigilaban desde el exterior el aparato y se esperaban fuerzas especiales de intervención procedentes de Madrid. Un equipo de psicólogos seguía en el aeropuerto las negociaciones con el secuestrador.Inicialmente, el secuestrador pidió combustible para dirigir el avión a Francfort. Se le ofreció medicamentos y alimentos, que rechazó. Los ministros del Interior de Marruecos, España y Alemania estaban en contacto. La policía descartó desde el inicio un móvil terrorista. Todo esta angustia terminó a las cinco de madrugada con la rendición del secuestrador.
Precedentes
Varios secuestros internacionales se han producido en los últimos treinta años en los que sus autores, principalmente de origen árabe, peticionarios de asilo político e individuos con problemas familiares, utilizaron aeropuertos españoles. Catorce secuestros, o intentos de secuestro, han ocurrido en aeropuertos de España o con aparatos españoles desde 1969, el último de los cuales ocurrió el 23 de junio de 1998, cuando el sevillano de 43 años Javier Gómez González secuestró un avión de Iberia en la ruta Sevilla-Barcelona, amenazando a los 123 pasajeros y siete tripulantes con un mando a distancia.Después de desviar el avión al aeropuerto de Manises el secuestrador se entregó a la policía tras hablar con un psiquiatra. El secuestrador estaba obsesionado con los grupos terroristas de Oriente Próximo.
El 12 diciembre de 1969, el etíope Abdelkader Mohamoud Suleiman y otros dos hombres, intentaron secuestrar un avión de la Ethiopean Airlines en su vuelo Madrid-Addis Abeba, para arrojar propaganda del Frente de Liberación de Eritrea. El 23 de mayo de 1993, el británico J. H., de 17 años, fue detenido en el aeropuerto de Málaga tras intentar desviar hacia el Líbano un avión procedente de Newcastle (Gran Bretaña), bajo la amenaza de hacer explotar una bomba si el comandante de la nave no cumplía sus exigencias. Su propósito, según informa Efe, era liberar a unos familiares encarcelados en Beirut. El 28 de febrero 1994, tres policías argelinos secuestraron un Boeing 727 de las líneas aéreas de su país, con 127 personas a bordo, y lo desviaron al aeropuerto alicantino de El Altet donde se entregaron a la Guardia Civil. Los secuestradores pretendían llamar la atención sobre la situación en Argelia. También fueron argelinos los autores de un secuestro en 1994 en Son Sant Joan (Palma de Mallorca) que duró ocho horas. En julio de 1996, un libanés secuestró y desvió hacia Miami un avión de Iberia que cubría la ruta Madrid-La Habana. El pasaje fue liberado tras la detención del secuestrador.
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