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Entrevista:ODÓN ELORZAALCALDE DE SAN SEBASTIÁN

"El proyecto del Kursaal ha sido un camino plagado de dificultades"

El alcalde de San Sebastián quiere ser generoso en un momento que supone mucho para él: el estreno del proyecto estrella de la ciudad, por el que se ha fajado sin descanso. Pero, a pesar de mirar con optimismo el futuro, no puede olvidar las zancadillas que encontrado el Kursaal y el contencioso con la Kutxa, todavía sin resolver, sobre la venta de la sala de exposiciones del complejo cultural y de congresos. Pregunta. ¿Qué sintió el pasado viernes, en el preestreno oficial del Kursaal? Respuesta. El espectáculo era el ideal para hacer un estreno del auditorio con un programa dedicado a los niños, con entradas a 500 pesetas. Ningún auditorio del mundo de esta envergadura se inaugura de un modo tan popular. Tuve la sensación, viendo el cubo grande, de que el sueño se había hecho realidad. Desde que se convocó el concurso han pasado nueve años. Todo ha sido un camino plagado de dificultades: la financiación, las polémicas ciudadanas en torno a la estética de vanguardia de este edificio, las dificultades técnicas en la ejecución del proyecto: los vidrios, las escaleras que vuelan. No pude evitar que cuando sonó la Marcha de San Sebastián se me escapara alguna lágrima. P. ¿Tiene la sensación de que si no llega a ser por su empeño y el del Ayuntamiento esta obra nunca se hubiera realizado? R. Tengo la certeza de que si no llega a ser por el empuje de este Ayuntamiento y la negociación a cara de perro con el Gobierno vasco y alguna otra institución, el Kursaal nunca hubiera existido. Y en este punto debo reconocer el gran trabajo del ex concejal del PNV Martín Elizasu. El proyecto nació con muchas dificultades. A diferencia del Palacio Euskalduna, que lo financió al 100% la Diputación vizcaína, el esfuerzo del Ayuntamiento aquí ha sido importantísimo. P. Ahora que es una realidad, puede contar las zancadillas que se le han puesto al proyecto. R. No es oportuno ni adecuado, ni sería inteligente por mi parte hacer más referencias a las dificultades que ha habido en este proceso. Aunque sí que tengo una pena, y lo digo muy diplomáticamente. La sala de exposiciones, de más de mil metros cuadrados, impresionante por su ubicación y su luz, en este momento no tiene dueño porque la caja de ahorros más solvente de España y una de las entidades financieras del mundo con mayores beneficios, Kutxa, ha sido incapaz a día de hoy de apoyar económicamente el proyecto. No quiere aportar dos pesetas por una sala de exposiciones, como lo haría cualquier entidad de crédito de una ciudad importante europea. P. ¿Qué impresión le da que instituciones que regatearon financiación al Kursaal se saquen ahora la foto en la inauguración? R. El Gobierno vasco y Ministerio de Cultura han hecho su aportación económica al Kursaal. Con independencia del alcance de las mismas, tienen legítimo derecho, incluso la obligación, de estar presentes en el acto inaugural. Estoy convencido de que a partir ahora ambas instituciones van a participar activamente en la programación cultural. Que el lehendakari Ibarretexe esté en la inauguración es para mí es un auténtico placer y lo agradezco. P. Le hubiera gustado un acto de mayor relumbrón? R. Los donostiarras somos gente bastante especial. Nos diferenciamos de otros por hacer las cosas sin meter mucho ruido. Esta es una característica nuestra, para bien o para mal. P. Ahora el reto es rentabilizar una inversión y un proyecto que tanto ha costado sacar adelante. R. No tengo ninguna duda de que, desde el punto de vista de la funcionalidad, la versatilidad y la gran acústica, el auditorio el Kursaal va a triunfar plenamente. La ciudad ha ganado su apuesta de futuro con este proyecto. Su venta y proyección exterior es una labor de tiempo, porque no tenemos millones para hacer grandes campañas publicitarias. Nuestra fuerza es la imagen que se proyecta del Kursaal desde el monte Urgull o Ulía, que va a dar la vuelta al mundo. No concibo en el mundo otro equipamiento de estas características, en un emplazamiento tan excepcional. P. Más allá de los grandes eventos del verano (Quincena Musical y los festivales de jazz y cine), ¿como va a llenarse esta nueva infraestructura el resto del año? R. Vamos a llevar, ampliando la programación, todas las actividades que hasta ahora se desarrollan en el Victoria Eugenia. La Orquesta de Euskadi, cantautores, grupos de rock, teatro, danza experimental, todo va a ir este marco, con mucho más aforo y más cómodo e idóneo. Ya se están vendiendo abonos, con precios reducidos para la gente joven. Mi compromiso público y solemne es que el Kursaal no se convierta en un equipamiento reservado a una élite, sino en un centro de programación cultural abierto a un público para todos los gustos y todas las edades. P. ¿Cómo puede contribuir el nuevo Kursaal al despegue económico y cultural de San Sebastián? R. El Kursaal supone un impulso definitivo para todo el sector terciario. Si las cosas siguen como hasta ahora y el proceso de paz se consolida, la ciudad se va a quedar pequeña para los visitantes. Vamos a requerir de inmediato la apertura de dos o tres hoteles más, teniendo en cuenta que no somos, ni seremos nunca, Benidorm. P. ¿Los ciudadanos han asumido la apuesta estética y económica de la obra de Moneo? R. San Sebastián ha sabido asumir dos conceptos como la modernización: de ideas, de apertura, de superación del ensimismamiento en el que vivíamos, y la regeneración: de la urbanización, de sus barrios... San Sebastián empieza a ser competitiva y a rejuvenecer, aunque todavía queda un gran trecho para que sea potente y recupere un prestigio perdido en Europa.

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