Venezuela dice tener información de que se pretende 'kosovizar' el conflicto de Colombia
En tanto el Gobierno de Caracas denuncia maniobras regionales para otanizar el conflicto colombiano mediante una fuerza multinacional de intervención inspirada por EEUU, las relaciones entre Venezuela y Colombia, dos naciones con disputas territoriales aún pendientes, atraviesan su peor momento desde la investidura presidencial de Hugo Chávez, el pasado mes de febrero. La intención de Chávez de entrevistarse con los líderes de la guerrilla colombiana no ha gustado a su homólogo Andrés Pastrana. Mientras, las cifras del comercio bilateral caen en picado.
Todo comenzó cuando el comandante que en 1992 se alzó en armas contra el poder constituido, y corrompido, según justificó después, manifestó su disposición a entablar un diálogo con la guerrilla colombiana, también sublevada desde hace casi 40 años contra el Estado. La reiteración de esa iniciativa irritó a Bogotá. Los dos Gobiernos riñen desde hace semanas por supuestas injerencias en asuntos internos, el lenguaje de sus portavoces desdeña ya la cortesía diplomática, y los más exaltados piden la suspensión del tráfico aéreo con Venezuela. Por otra parte, el ministro venezolano de Relaciones Exteriores, José Vicente Rangel, dijo disponer de información confidencial sobre presiones de diversos países para crear una fuerza multinacional de intervención capaz de derrotar a las guerrillas. "Se han desatado los demonios y hay que pararlos", advirtió Rangel. "En una actitud completamente demencial, pretenden kosovizar el conflicto interno (...). Hay halcones en todas las partes y está sobrevolando el fantasma de la intervención".Por si fuera poco, la colisión entre Venezuela y Colombia, dos naciones que se necesitan comercialmente como pocas, sumidas ambas en una crisis económica grave y en una fuerte caída de sus intercambios (en el primer semestre de este año, las exportaciones venezolanas a Colombia disminuyeron en un 50% respecto de ese periodo en 1998, y las de Colombia a Venezuela, en un 31%, según datos del Ministerio de Comercio colombiano), ha adquirido características preocupantes.
El miembro de la Comisión de Política Exterior del Congreso colombiano Manuel Ramiro Velázquez ofendió al llamar loco al jefe de Gobierno venezolano. "La enfermedad que padece el presidente Chávez de populismo ciclotímico [psicosis maniacodepresiva]", y el revolucionario proceso político emprendido en Venezuela constituyen, señaló, no sólo una amenaza para Colombia, sino también para Centroamérica y los países andinos. El presidente Andrés Pastrana dijo: "Jamás aceptaré presiones indebidas, ni intervenciones foráneas".
Reunión con la guerrilla
Calientes los ánimos, el Ejecutivo de Caracas reclama su derecho a entrevistarse en territorio nacional con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia o con el Ejército de Liberación Nacional, violentamente activos en la frontera. Hugo Chávez volvió sobre el asunto en su última comparecencia por televisión, este jueves. No cedió. "Asumo la responsabilidad ante el mundo. Si para lograr tranquilidad a los venezolanos, especialmente a los que viven en el sur, hace falta que yo hable con los jefes de la guerrilla colombiana, que abramos un diálogo para buscar la paz y la tranquilidad en el lado venezolano, pues yo estoy dispuesto a conversar", dijo Chávez."Le he dicho al Gobierno de Colombia que estoy y estamos dispuestos a colaborar en el diálogo de paz, pero si ellos no se ponen de acuerdo", agregó, "y deseo que se pongan de acuerdo, nosotros tenemos el derecho, porque somos un país soberano, a conversar con quien haya que conversar". El líder venezolano se adentró en la controversia al defender la conveniencia de un proceso de conversaciones entre él y la guerrilla que garantice la seguridad de los venezolanos que viven en la frontera y son víctimas de los secuestros y extorsiones cometidos por los dos grupos insurrectos."Que no vengan con el cuento de que todo es culpa de Colombia", había dicho el miércoles el ministro colombiano de Relaciones Exteriores, Guillermo Fernández, en respuesta a las imputaciones venezolanas de que Bogotá no pacifica ni controla sus lindes.
Poco antes de que Chávez dirigiera su mensaje, en la conferencia de prensa donde abogó por un regreso a la cordura y al diálogo, el ministro José Vicente Rangel reveló la existencia de planes internacionales para entrar a cañonazos en Colombia al entender sus promotores que peligra la seguridad continental.
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