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Tribuna:LA PAELLA DE LAS VANIDADES - GUILLEM MARTÍNEZ
Tribuna
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La Tingitania. O no

Se descubrió América. Desde entonces nadie sabe qué hacer con Melilla - La dejadez es el caldo de cultivo de Gil.

-Resumen de lo publicado. Martínez llega a Melilla sin su maleta, que Iberia ha facturado por el sistema de probabilidades. Vivir con el equipaje en la Dimensión Desconocida es un estado de ánimo que altera la visión del mundo. Es más, para salir del paso, Martínez ha comprado una prenda de ropa interior doce tallas inferior a la suya, y mira ahora al mundo con los ojos congestionados. Melilla, por su parte, fue fundada por los fenicios.-¿Qué hacer? En 1497, el duque de Medina Sidonia la conquista a título personal. Los Reyes Católicos dicen que de personal, nada, así que se la quedan. No es un acto dadá. Con eso hacen tres cosas en una. Una: aplicar el Tratado de Tordesillas, que no sólo repartía América entre Portugal y Castilla, sino también el mundo. Los Reyes Católicos no habían hecho nada al respecto en el mundo. Con Melilla, lo hacen. Dos: aplicar la doctrina aragonesa sobre la recuperación de Tierra Santa. Esta doctrina estaba dibujada por Ramon Llull, que en su día ya opinó que las cruzadas eran un camelo, y que el tema consistía en acceder a Tierra Santa por el norte de África, evangelizando por el camino a todo el que se pusiera por medio. Tres: recuperar el mito de la Tingitania, la demarcación del norte de África que, alehop, los romanos incluyeron como parte de la Hispania. Invadir África era el gran proyecto en aquel momento. Y Melilla era el primer paso. África y la Península hoy tendrían un presente diferente. Pero pasó algo que envió al garete todo ese póquer. Casi nada. Se descubrió América. Desde entonces, nadie sabe qué hacer con Melilla. Así hasta esta mañana a primera hora. Son, en fin, 500 años sin saber qué hacer.

-Las regatas como metáfora. Bueno. Melilla, weekend de agosto, 500 años sin saber qué hacer. No hay nadie por las calles. Las calles están abandonadas y exhalan cierto abandono. A veces incluso tienen el aspecto de una calle peninsular en 1978, cuando, snif, muchos municipios también llevaban 500 años sin saber qué hacer. ¿Melilla está en 1978? ¿Qué ha pasado desde 1978? Ni idea. En mayor o menor estado de dejadez, en Melilla hay una arquitectura formidable de los siglos XV, XVIII, XIX y XX. Hay un ensanche modernista único, y unos edificios decó, a lo peli de Lubitsch, que quitan el hipo. Fueron edificados en los años 40 -lo cual indica cierta dejadez-, época en la que en la Península el decó y el funcionalismo daban paso por KO al estilo arquitectónico cuando-los-curas-dominaban-la-tierra.

-La dejadez: hay aún una estatua de Franco -con un gorro extraño; parece el fundador de los Boy Scouts- y muchos escudos de España con la gallina, que conviven por dejadez con un escudo de la República que hay en el Casino Militar, quizás por dejadez. El gran tema de este agosto en Melilla son las regatas. Había rumores de que posiblemente este año asistiría algún famoso-con-barco-patrocinado. Pero no ha venido. Posiblemente por dejadez. Las regatas, aquí y en Lima, no son nada. Uno va a las regatas y no se entera. Pese a ello, la prensa local saca cada día las regatas en primera plana. Y todo el mundo acude al puerto y todo el mundo vive las regatas. Algo, por otra parte, invivible. Las regatas son, posiblemente, una fantasía de enclave a la realidad frente a la dejadez. Que las regatas sean un hecho colectivo indica tal vez el grado de percepción colectiva de la dejadez. - La dejadez. Por la noche, al lado del puerto deportivo, hay unas carpas al lado de un escenario. En el escenario toca No Me Pises Que Llevo Chanclas. El público -papás, mamás, niños; no hay ni un musulmán; el 30% de Melilla son musul-manes- se toma en las carpas una de pinchitos morunos. El camarero que me atiende está más contento que un chinche. "Por fin, un Ayuntamiento hace algo en Melilla", dice. Y, luego, "es que esto está muy dejao". Entre el público hay muchas personas con polos con banderita. Quien viste con banderas en cualquier parte del mundo está aterrorizado. La dejadez crea terror. La dejadez es el caldo de cultivo de Gil. O de las banderitas. Las banderitas, Gil y la dejadez parecen las tres probabilidades de futuro en Melilla. La dejadez impide por lo visto una cuarta posibilidad. Mañana me voy a Málaga, que es la Feria.

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