Estado de excepción en Chechenia para prevenir una incursión rusa desde Daguestán
El Gobierno de Chechenia impuso ayer el estado de excepción con el fin de impedir que la guerra en Daguestán se extienda a la República. El presidente, Aslán Masjádov, firmó el decreto que impone también un toque de queda desde las diez de la noche a las seis de la mañana, introduce restricciones a la labor de los medios de comunicación y suspende todas las televisiones, salvo la estatal. La medida no sólo puede estar dirigida a impedir que los rusos entren en territorio checheno, sino también contra el líder rebelde Shamil Basáyev, abierto enemigo del régimen de Masjádov.
Masjádov explicó a la población que el estado de excepción y la imposición de la censura se deben a la amenaza hecha por Rusia de perseguir, incluso en territorio de Chechenia, a los extremistas musulmanes que luchan contra Moscú en las montañas de Daguestán. Los integristas penetraron en Daguestán desde Chechenia y, según los rusos, desde allí continúan recibiendo refuerzos, armas y municiones. Por eso la aviación del Kremlin ya ha bombardeado varias aldeas chechenas limítrofes con Daguestán y sus soldados han realizado breves incursiones en territorio de la República, que ha proclamado su independencia de Rusia. Las autoridades chechenas también declararon la movilización parcial de reservistas y veteranos de la guerra contra Rusia, a la que derrotaron hace tres años.Pero la imposición del estado de excepción puede tener más de un objetivo: además de ser una medida para tratar de impedir que los soldados rusos entren en territorio checheno, puede estar dirigida también contra Shamil Basáyev. Este popular comandante checheno, que ha sido nombrado emir de los muyahidin daguestanos, es un peligroso enemigo del régimen de Masjádov, al que infructuosamente ha tratado de hacer caer. Por eso, no sería de extrañar que las fuerzas de Masjádov dirijan sus armas contra los guerrilleros, si éstos son derrotados en Daguestán y tratan de encontrar refugio en Chechenia. La muerte de Basáyev sería una bendición para Moscú y para Grozni.
No en vano Kazbek Majáshev, viceprimer ministro checheno, instó ayer "al diálogo político con Moscú, independientemente de los acontecimientos que se desarrollan en Daguestán". Majáshev se opone categóricamente a "los intentos de arrastrar a Chechenia a las acciones militares que están teniendo lugar en Daguestán", a las que calificó de "asunto interno de la vecina República".
El viceprimer ministro aseguró que las autoridades chechenas no tienen nada que ver con la rebelión de los extremistas musulmanes. Refiriéndose a los chechenos que participan en ese movimiento "por motivos políticos o religiosos", Majáshev subrayó que ningún Gobierno ha podido impedir que "voluntarios actúen a título personal". "Ciudadanos rusos combatieron en Abjazia, en el Transdniéster, en Bosnia e incluso del lado checheno en la última guerra", señaló el alto funcionario.
Los rusos, mientras tanto, aseguraron haber causado nuevas bajas importantes en las filas de los guerrilleros que todavía controlan algunas localidades en el distrito de Bótlij. Unos 60 hombres del destacamento de Shirvaní Basáyev, hermano de Shamil, perecieron en las cercanías de Gagatlí, en el noroeste de Daguestán. La mayoría de ellos murieron sepultados bajo las piedras después de que soldados y voluntarios daguestanos les tendieran una emboscada y desencadenaran una avalancha.
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