Vergüenza
Lo ocurrido con el edificio de Miguel Fisac es una vergüenza para todos los madrileños, incluido su alcalde (aunque él no la sienta). Es una historia que, en mi opinión, hubiera merecido ser portada no ya del suplemento de Madrid, sino de la edición nacional de EL PAÍS, incluso noticia destacada en toda la prensa, para que pudiera ser conocido el trato que estas autoridades dan a la arquitectura de su ciudad.Se empieza por detalles que a nadie parecen preocupar (como romper la simetría de las torres de la plaza de Castilla permitiendo colocar un inmenso luminoso en la fachada de una de ellas) y se acaba teniendo una ciudad como la que quizá será Madrid dentro de unos años: coches, ruidos, cacas de perro y edificios de ladrillo.- .
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.