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La furgoneta que perdió el cilindro radiactivo carecía de autorización

El CSN abrirá un expediente por el suceso

El conductor de la furgoneta que perdió en la madrugada del pasado jueves una pieza radiactiva de uso médico tras sufrir un accidente en Onzonilla (León) desconocía el tipo de carga que transportaba, según fuentes policiales. El vehículo, subcontratado en Benavente (Zamora), carecía del permiso que se requiere para el transporte de sustancias de alto riesgo. El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) no encuentra ningún rastro de la pieza y abrirá un expediente.

Ni el conductor de la furgoneta -propiedad de la empresa Transporte y Organización Urgente de Servicios de Asturias, SL- sabía que llevaba un cilindro de plomo con una ampolla de yodo radiactivo ni el vehículo disponía de documentación que advirtiera del contenido de la carga. También carecía del permiso oficial especial de Tráfico para este tipo de mercancías de alto riesgo, según fuentes policiales.Esta ausencia de datos contribuyó probablemente a que los encargados de recoger los restos del accidente, ocurrido en el kilómetro 152 de la carretera N-630, incluyeran la pieza radiactiva desaparecida entre los desperdicios arrojados al vertedero de Serín, en el municipio de Gijón (Asturias). La ampolla radiactiva debía entregarse a la clínica asturiana Gérminis II, en la localidad asturiana de Latores.

El cilindro de plomo donde venía encapsulado el yodo había llegado a España desde Inglaterra dos días antes por encargo del laboratorio Nycomed Amersham, que contrató a National Express su traslado desde Madrid al centro médico asturiano. El encargado general en Madrid de esta sociedad de transportes aseguró ayer que el paquete radiactivo estaba correctamente etiquetado.

La carga radiactiva cambió de vehículo en Benavente, y desde esta ciudad zamorana siguió viaje a León en una furgoneta de la empresa Transporte y Organización Urgente de Servicios de Asturias, SL, que fue la que sufrió el accidente de tráfico al chocar contra tres camiones estacionados en el arcén de la N-630, contiguo al polígono industrial leonés. Ninguno de los trabajadores que intervinieron en la limpieza del siniestro recuerda que recogieran ningún objeto de las características del cilindro con la pieza radiactiva.

El CSN, que abrirá un expediente sobre el caso, exigió ayer a National Express un informe exhaustivo sobre lo ocurrido para que lo entregue en un plazo máximo de 10 días, y no descarta imponer sanciones si se demuestra que ha habido negligencias. Un inspector del CSN no encontró ayer ningún rastro de radiactividad en el camión de limpieza de la empresa Onix que podría haber trasladado la pieza perdida al vertedero de Serín, donde desde hace algunos años se depositan las basuras de la ciudad de León.

El inspector que rastrea en León y Asturias el itinerario de la pieza desaparecida no ha detectado indicios de contaminación radiactiva ni en el lugar del accidente ni en los vertederos. Pero el Consejo no descarta que la pieza extraviada se halle en el de Serín, bajo varias toneladas de basura. Dado que han pasado casi ocho días desde que salió de Inglaterra y que el yodo 131 reduce su actividad radiactiva a la mitad cada ocho días, su localización se hará más difícil a medida que transcurra el tiempo. No obstante, la empresa Cogersa, que gestiona el vertedero gijonés, examinará durante una semana todos los residuos que lleguen de León.

La subdelegación del Gobierno en León tuvo conocimiento de la pérdida de la pieza tres días después de ocurrir el accidente. Grupos ecologistas de la provincia lamentaron ayer la pérdida del cilindro, lo que refleja, a su juicio, "una falta de control absoluto sobre el transporte de estas materias radiactivas".

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