El PP propone anular la subida de sueldos en la corporación para dejar sin argumentos a la tránsfuga

La sorpresa por las noticias que llegaban desde Ceuta era ayer mayúscula en el PP. El actual alcalde-presidente de la ciudad autónoma, Jesús Fortes, es precisamente el líder de este partido, y Susana Bermúdez, la tránsfuga socialista, se ha basado en la subida de sueldos aprobada el lunes, una medida promovida por Fortes, para argumentar su pase al Grupo Mixto y su apoyo al GIL. Como primera medida de choque, el PP ofreció ayer retirar "inmediatamente" ese incremento de salarios para anular el argumento ofrecido por la tránsfuga socialista. "Si ése es el motivo", remarcó Mercedes de la Merced, que estos días ejerce de portavoz del PP, "este partido renuncia a ella". La medida se concreta en una subida de 113.000 pesetas mensuales para gastos de representación.Los populares, al menos oficialmente, se mostraron muy cautos respecto al cambio de voto de la tránsfuga socialista. De la Merced no quiso siquiera insinuar que pueda haber detrás un delito de cohecho, puesto que, según ella, "no hay suficientes indicios". "No queremos pensarlo", concluyó. Sólo habló de "delito político" porque la diputada fue elegida en las listas del PSOE y ahora se pasa al Grupo Mixto.

Aunque la portavoz de los populares no ahorró críticas contra el GIL, toda la responsabilidad en este asunto, igual que en el de Melilla, es, según el PP, del PSOE, que "no ha sido capaz de obligar" a sus representantes en estas ciudades autónomas a que cumplan los pactos que firmó su dirección nacional. De la Merced lo tiene claro: "El único que puede arreglar la situación es el PSOE". Más duro, el secretario general del PP, Javier Arenas, manifestaba que la dirección del PSOE "ha perdido el control del partido".

Aun así, los populares todavía confían en que la situación se pueda reconducir y los socialistas convenzan a la tránsfuga para que cambie su postura o dimita.

Desde el Gobierno, el ministro de Educación, Mariano Rajoy, especulaba con la posibilidad de que Susana Bermúdez haya podido ser tocada por el GIL al asegurar que sería "una vulneración de la democracia de colosales proporciones". Rajoy aseguró en Santiago de Compostela que espera que no se confirmen las sospechas de lo que él mismo denominó como una "compraventa del voto", informa Xosé Hermida.