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CRISIS POLÍTICA EN CEUTA Y MELILLA

El PSOE asegura que en Ceuta se vive una situación de "corrupción política"

Anabel Díez

El PSOE se da por vencido y considera imposible que su diputada ceutí Susana Bermúdez rectifique, deje su escaño y lo ocupe el siguiente de la lista. Su indisciplina llevará a que el partido de Jesús Gil cuente con su voto y pueda presentar una moción de censura al Gobierno del PP, sostenido por el PSOE y el Partido Democrático y Social (PDS), a menos de dos meses de su constitución. Las culpas las dirigieron ayer hacia quien haya "amenazado" u ofrecido "contrapartidas" a Bermúdez. "Se ha dado una patada a la democracia con métodos gansteriles", dijo el dirigente Ramón Jáuregui.

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"Si el GIL ha comprado la voluntad de una concejal del PSOE en Ceuta, se trata de un caso de corrupción política de suma gravedad, porque se altera la voluntad popular y se pretende el control del gobierno de una institución mediante el robo de un escaño a otro partido. Éste es el signo del GIL en la política". Ésta fue la primera declaración del responsable de Política Autonómica del PSOE, Ramón Jáuregui, al conocer que una persona de sus filas se había pasado con su escaño al grupo mixto y, por tanto, abrir la puerta a que gobierne el GIL mediante una moción de censura que derribe al PP, al PSOE y al PDS. Jáuregui añadió que la obligación del PSOE es "evitar que la moción de censura prospere".Lo cierto es que Jáuregui se mostró "desolado", en declaraciones a este periódico, por estos hechos y por que en Ceuta y Melilla sean militantes socialistas los que quiebren los pactos a los que lleguó la dirección federal con el PP. No le extrañó, por ello, la crítica que lanzó el secretario general del PP, Javier Arenas. "Joaquín Almunia debería estar muy preocupado al comprobar las relaciones que tienen sus militantes y dirigentes de Ceuta y Melilla con los responsables del GIL porque desde luego eso huele mal, muy mal".

Tampoco el olor que el asunto despide agrada al PSOE y es muy posible que en estos casos sus sospechas sean coincidentes con las del PP, aunque quieren dejar que transcurran 24 horas por si hubiera "una rectificación". Ésta es la esperanza de Carmen Cerdeira, ceutí, miembro de la Ejecutiva Federal que conoce desde siempre a Bermúdez y a su familia. "Todos son del partido", asegura.

"El GIL utiliza métodos que tienen como consecuencia la rendición de la política y de la democracia a los intereses particulares y mercantiles", dijo Jáuregui. "Esta maniobra del GIL es un acto de agresión al PSOE que nos reafirma en nuestro combate democrático junto al resto de los partidos democráticos, frente a esa organización de métodos gansteriles".

Lo cierto es que la consecución de un pacto entre el PSOE y el PP frente al GIL fue muy traumático ante el rechazo de los socialistas ceutíes a votar al PP de la zona. A la dirección federal le impresionó la profunda animadversión que existe entre los suyos y los populares, que se puso de manifiesto en una intervención "desgarradora" que el pasado mes tuvo un dirigente socialista ceutí ante el comité federal. Ahora bien, como los números uno y dos de Ceuta se sintieron incapaces de votar al PP dejaron sus escaños y corrió la lista.

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Directrices de Madrid

En ese proceso se hicieron con los escaños Alfonso Cerdeira y la que ya consideran tránsfuga Susana Bermúdez, que sí se manifestaron dispuestos a cumplir las directrices de Madrid. Bermúdez, además, en virtud de los pactos, ocupó la vicepresidencia primera de la Mesa. La dimisión del número uno provocó una crisis total en el PSOE de Ceuta al coincidir el puesto en la persona del secretario general, Alberto Núñez, que también dejo ese cargo, lo que implicó la dimisión de la ejecutiva y el nombramiento de una gestora. Toda la ejecutiva se solidarizó con Núñez en su rechazo a votar al PP, pero acataron las directrices de la dirección federal que nombró presidente de la gestora a Juan Hernández Lozano.

Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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