Sobresalto y tranquilidad bursátil
La inesperada caída del Gobierno de Serguéi Stepashin influyó de manera negativa en el mercado de divisas y en la Bolsa rusa, pues ambos vivieron una jornada tormentosa en los primeros instantes de cotización.El Banco Central ruso se vio forzado a intervenir en el mercado de divisas con el fin de evitar un descalabro de su moneda. El dólar estadounidense se apreció al final de la jornada en un rublo. El banco emisor fijó el tipo de cambio oficial en 25,29 rublos, lo que significa una depreciación del 2,62% de la moneda rusa.
En la calle, la mayoría de las casas de cambio se abstuvieron de vender dólares, ante el temor de que la gente optara por comprar masivamente divisas. Sin embargo, aquellos bancos que mantuvieron la venta de moneda estadounidense dijeron que la demanda no había aumentado de forma significativa.
En la Bolsa, el pánico inicial fue enorme. El índice general perdió en pocos minutos el 11% de su valor, lo que obligó a una parada técnica de media hora. Un sistema de enfriamiento similar al que existe en Wall Street y en otras grandes Bolsas. Después, la situación mejoró y los mercados se recuperaron. El índice de la Bolsa rusa perdió al final un 1,39% respecto a la cotización del viernes.
En esa segunda parte del día, las acciones de compañías tan importantes como la eléctrica Mosenergo o la petrolera Lukoil terminaron incluso revalorizándose, un 4% y un 2% respectivamente respecto al cierre del viernes.
Víktor Jristenko, el viceprimer ministro en funciones responsable de la política económica, aseguró que, a pesar de la destitución de Stepashin, el Gobierno mantendrá la situación financiera. Los cambios introducidos por Yeltsin no influirán de forma negativa en los acuerdos alcanzados recientemente con el Fondo Monetario Internacional (FMI), señaló Jristenko.
El FMI desbloqueó hace unos días un crédito por 4.500 millones de dólares (unos 700.000 millones de pesetas). Rusia recibió a primeros de este mes un primer tramo por valor de 640 millones.
