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Reportaje:

Ucraniana en busca de una vida nueva

La vida en Ucrania es muy dura. Y no sólo por el clima. Es la situación general la que condena a sus ciudadanos a una existencia miserable. Zhaneta de la Rosa Guseva llegó hace cuatro meses a Alicante. "En Ucrania tenía trabajo, pero ganaba muy poco dinero", explica. Ahora vive con su familia -su madre es rusa, su padre un niño de la guerra que emigró a Moscú- en el barrio de San Blas. La vida en España tampoco le será fácil hasta que consiga hablar con fluidez el idioma de su padre, pero ella es optimista, aunque asuma con tristeza la situación de su país. "La vida está peor en Ucrania, que por otra parte es un país muy bonito. En la región donde vivía no hay mar, pero hay muchos bosques", recuerda. Pero el mundo laboral es todo un problema. Cuesta encontrar trabajo, como aquí y, cuando lo encuentras, recibes un sueldo mísero. Pero en el ámbito universitario, Zhaneta prefiere el sistema ucraniano, aunque estudiar cueste más. "Aquí hay un nuevo sistema de estudios, pero allí seguimos con las reglas antiguas. Cuesta mucho estudiar porque hay muchas tareas escolares, pero creo que los estudiantes acaban sabiendo más", expone. A Zhaneta le encanta la felicidad que se respira en la Comunidad Valenciana. Estaba harta de ver gente triste. "En Ucrania ves a mucha gente mayor que es desdichada porque sus pensiones son muy bajas y los jóvenes no ven futuro", dice. Quiere quedarse a vivir en la Comunidad Valenciana durante muchos años, aprender un sistema de vida que le resulta totalmente nuevo. Conoce otras partes de España, pero ninguna le convence como esta. San Sebastián le gusta más que Alicante por sus paisajes y por su clima, más parecido al de Ucrania, pero cree que necesitaría aprender euskera para trabajar, y ni se lo plantea. De Alicante se queda con el mar y con un aliciente: que haya muchas fábricas, pero fuera del casco urbano. Uno de los principales problemas de Ucrania, zona muy industrial, es la contaminación. Las factorías están dentro de la ciudad, ensucian sus fachadas y contaminan el río, en el que es imposible bañarse. Lo que más le gusta. El mar. Le gusta la Comunidad Valenciana, pero reconoce que lo pasa un poco mal con el calor. "En Ucrania hace mucho frío: nieva, hace viento...", señala. Lo único que le falta a Alicante para ser perfecta a los ojos de Zhaneta es vegetación. Las principales diferencias con Ucrania. Para Zhaneta "todo es nuevo". La cocina es diferente, y también los jóvenes, "mucho más libres en sus relaciones". Le sorprende lo que tarda la gente en casarse. "Aquí se retrasa el casamiento hasta casi los 30 años. En Ucrania es normal hacerlo justo al acabar la universidad", destaca. Tampoco es normal en su país la convivencia en pareja antes del matrimonio, algo que aquí ve más usual. Lo que más le chocó al llegar. Que la gente se acueste tan tarde y pasee de noche por las calles. "En Ucrania la gente se va a dormir muy pronto, hace mucho frío y a medianoche apenas hay luz en la calle. Pero aquí no: los jóvenes salen hasta tarde y los matrimonios pasean de noche con sus niños", dice. Así nos ve. Solícitos. "La gente te ayuda mucho cuando preguntas una dirección o cualquier cosa", expone. "Allí y aquí hay buena y mala gente, pero en general aquí hay gente buena", evalúa. Zhaneta también ha contactado con algunos rusos residentes en la Comunidad Valenciana y ha llegado a una conclusión: "Es mejor tratar con españoles. Los rusos que viven en Ucrania son buena gente, pero los que vienen aquí son diferentes".

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