Socialistas y populares se enzarzan en una polémica por la retirada de las estatuas y símbolos que promovió Berbel
PSOE y PP de Granada se han enzarzado en una intensa polémica después del anuncio de los primeros, que gobiernan la ciudad por un pacto tripartito con Izquierda Unida y Partido Andalucista, de deshacerse de algunos de los símbolos del mandato del anterior alcalde, el popular Gabriel Díaz Berbel, como dos caballos que el príncipe Abdullazih, de Arabia Saudí, regaló a la ciudad y que serán ahora donados a la Guardia Civil. Berbel replicó ayer a los socialistas acusándoles de haber iniciado una vendetta contra él y expresó su temor de que "conviertan en salchichón" a los caballos. Tres son los motivos que han desatado la controversia en Granada: la estatua que simboliza al tradicional aguador de Sierra Nevada acompañado de su burro, y cuya estética ha sido muy criticada en la ciudad; el monolito que el anterior alcalde levantó al presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, en un mirador del Albaicín, rememorando una puesta de sol que no existe, y los dos caballos árabes. Hace unos días, el portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, José Antonio Aparicio, anunció que la corporación iba a retirar la estatua del aguador del sitio en que se encuentra ahora, junto a la catedral de Granada, alegando que "el aguador es más feo que el burro que lo acompaña: en lugar de un homenaje, parece una afrenta". Díaz Berbel no se hizo esperar en su respuesta: ayer mismo sugirió que se devuelva la escultura a su autor, el cordobés Aurelio Tena, para que haga un boceto de "la cara de Aparicio, y se la ponga o bien al aguador, o bien al burro". Respecto a los caballos, que serán cedidos a la yeguada de la Guardia Civil en Baeza (Jaén), en donde, según el PSOE, podrán ser atendidos como merecen, Díaz Berbel dijo que los socialistas estaban faltándole el respeto a la familia real saudí y expresó tu temor de que los "conviertan en salchichón". Aparicio replicó al ex alcalde que en la corporación no hay medios para atender a los caballos. "He estado indagando", dijo, "a ver quién podía encargarse de los caballos, pero no he encontrado a nadie". "Si en el PP hay alguien que se ofrezca a cuidarlos, le asignaremos el cargo de concejal de caballos", ironizó. El culebrón de los monumentos alcanzó también al famoso monolito a Clinton en el Mirador de San Nicolás, que en su día necesitó protección policial y hoy se encuentra prácticamente destrozado. Aparicio insistió en que ningún vecino del barrio desea el monolito y que, como mucho, bastaría una placa que recordara su visita, como la de tantos otros personajes. Para Berbel, esto es, sin embargo, una vendetta socialista que, según él, quiere hacer desaparecer de la ciudad "todo lo que huela a Berbel".
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