Faltaron las figuritas
Como todavía quedan ganaderías que guardan la añeja savia de la casta del toro de lidia, alguna vez se tiene la suerte de verlas en esta o aquella plaza. Ayer nos sonrió la fortuna en la plaza de Las Ventas, con las reses de José Escolar, primas hermanas de las de Vitorino Martín y, como las del ganadero de Galapagar, con el trapío y el comportamiento de todo lo que procede de Albaserrada.Y en estas ocasiones, siempre hay más de uno y más de dos que echa de menos a las figuritas, a esos toreritos que andan matando por ahí el toro ovejuno, el toro jilitonto, el toro papanatas. Esos diestros cantados y homenajeados en las revistas del colorín y el cuché, y a los que habría sido interesante ver si le daban el medio pase, el quite del floripondio y el toreo estático con la mano izquierda, a estos toros de José Escolar.
Escolar / Oliva, Pérez, Millonario Toros de José Escolar, de excelente trapío, manejables
2º, de feo estilo; 5º, bravo y encastado. Emilio Oliva: media atravesada caída, media atravesada, descabello y estocada atravesada (algunos pitos); dos pinchazos, estocada tendida -aviso con retraso- y pasa a la enfermería al lesionarse la mano derecha en el intento de descabello. César Pérez, que confirmó alternativa: aviso antes de matar y estocada caída (aplausos y saludos); bajonazo (algunos pitos). El Millonario: estocada desprendida (aplausos y también pitos al saludar); estocada corta tendida (aplausos). Enfermería: Oliva sufre luxación de un dedo; pronóstico reservado. Plaza de Las Ventas, 8 de agosto. Un tercio de entrada.
Porque los tres modestos toreros que ayer se enfrentaron a esta impresionante corrida, bastante hicieron con estar delante de ella, intentando hacerles el toreo y poniendo en todo momento un enorme valor y una encomiable voluntad. Si a ninguno le sonrió el triunfo, fue porque torean poco y, falto de la soltura que da el trajín diario, no pudieron con la casta y el empuje de los albaserradas.
Confirmaba la alternativa César Pérez, un torero que ha hecho muchas salidas por los cosos catalanes y se ha placeado lo suficiente. Pero esa experiencia no le ha librado de andar aperreado y de cabeza con su lote.Tenía mucho que torear el toro de la confirmación, al que no era fácil engañar, y que le avisó más de una vez. César le plantó pelea e insistió mucho por el pitón derecho. Cuando descubrió que el pitón izquierdo era el bueno era ya tarde. Con el quinto, que confirmó el dicho de que no hay quinto malo, anduvo totalmente desbordado y a la deriva. Resultó cogido por no mandar y terminó a la defensiva y cortando los viajes.
Emilio Oliva tuvo que cargar con el garbanzo negro. Un toro suelto, distraído, gazapón, que desparramaba la vista. Aún así, pudo pasarlo un tanto despegado por el pitón izquierdo. Obligó mucho al cuarto en pases con la mano derecha, tratando de bajarle la cabeza. Tuvo la desgracia de lesionarse al manejar el descabello.
La actuación más meritoria, sobre todo con el capote, ha sido la de El Millonario. En cambio, con la muleta le pasó lo mismo que a sus compañeros. Le faltó parar, templar y mandar, y sacó un toreo muy acelerado y con muchas dudas.
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