El espacio más cuestionado
Es el espacio festivo más cuestionado en Vitoria: por él se rompió hace dos años el pacto de gobierno municipal del PNV, EA y PSE, ante la negativa del entonces alcalde, José Ángel Cuerda, a prohibir su instalación, tal y como pedían los socialistas. Y una de las primeras cuestiones que se ha planteado a Alfonso Alonso, el nuevo primer edil, y su equipo ha sido ésa: si las txosnas iban a mantener un espacio y si éste se mantendría en su actual ubicación, en la céntrica calle de Luis Heintz. Pero las txosnas -este año son 22 las casetas- viven ajenas a estas preocupaciones mundanas: con la programación musical más atrevida y los bocatas más suculentos y baratos de todas las fiestas, se han convertido desde hace años en el after hours más concurrido de la ciudad. Un espacio "ganado a pulso", como confirma un veterano voluntario de las decenas que atienden las txosnas sin cobrar un duro: "El cambio de ubicación ni nos lo planteamos; lo que nos preocupa es la política que en el resto del año pueda hacer el PP, la que afecta la vida cotidiana de los vitorianos y los alaveses". "Ya veremos", dice sobre el posible traslado otro miembro de una de las txosnas clásicas, la que une al colectivo libertario Resiste y a Internazionalistak, grupo dedicado a la solidaridad con otros países. Según la concejal de Cultura, la popular Encina Serrano, este complejo político-hostelero "probablemente irá a un sitio menos céntrico". Y es que a muchos vecinos no les apetece ver el centro de la ciudad invadido por jóvenes con aspecto desafiante en un espacio ocupado en su mayor parte por grupos afines al MLNV. Sin embargo, los miembros de las txosnas consideran que son un lugar de esparcimiento festivo como otros, que tienen su público y que se han desprendido de aquella vinculación con la porquería y las malas condiciones higiénicas que tuvieron muchos años. Hoy, las txosnas son cita ineldible para los amantes del ambiente alternativo, bien sea político o musical. Todas las casetas responden a siglas vinculadas con la izquierda abertzale, el euskera o movimientos de la izquierda extraparlamentaria, y en cuanto a conciertos, por ejemplo ayer se pudo escuchar a Los Rabanes, grupo panameño de punk-calipso. La noche del sábado estará dedicada a la música de baile con la actuación de varios pinchadiscos (dj"s, en la jerga de esa tribu urbana) y el lunes el polifacético Fermin Muguruza cerrará los seis días de fiestas. Y todo ello, entre tenderetes de bisutería hippy y retratos del Che, en un conglomerado de difícil digestión, si no se llega a las seis de la mañana, hora punta del espacio festivo más cuestionado.
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