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Unión Fenosa tardó 10 horas en dar los planos de su galería a los bomberos

F. Javier Barroso

La extinción del incendio que el pasado sábado destruyó una subestación eléctrica de Unión Fenosa, dejó 17 horas sin luz a 90.000 personas e intoxicó a ocho bomberos se encontró con dificultades inesperadas. Un informe municipal revela que la propia compañía eléctrica tardó 10 horas en suministrar los mapas de la subestación y la galería de los cables de alta tensión a los bomberos, lo que les obligó a trabajar prácticamente a ciegas. Unión Fenosa tampoco dio el primer aviso del fuego a los bomberos, sino que sus propios operarios trataron en un principio de apagarlo por su cuenta.

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"Trabajamos a ciegas"

El primer aviso del incendio lo recibieron los bomberos a las 0.18 del sábado. La Policía Municipal les alertó de que salía humo al final de la calle de Ombú (donde se encuentra la subestación), en la zona más próxima a la M-30. Entonces se pensó que se debía a un incendio de pastos. Cuando llegaron los primeros efectivos comprobaron que las llamas provenían de una galería con tres tapas y en cuyo interior se estaban produciendo pequeñas explosiones. "Acompañados por la Policía Nacional, se desplaza la dotación a dicho lugar [la subestación de Unión Fenosa], encontrando a operarios o técnicos de la compañía en la citada subestación, donde se produce una potente explosión, acompañada de chispas, en el tendido eléctrico exterior", señala el citado informe."La compañía en ningún momento pudo facilitar planos de las galerías a la jefatura presente. Solamente antes del primer ataque con espuma nos comunicó que no existía suministro eléctrico, ni siquiera residual, para que pudiéramos comenzar los trabajos", completa el documento.

Un responsable de los bomberos de Madrid explicó que los planos los llevó al lugar del siniestro el jefe de mantenimiento de Unión Fenosa alrededor de las once de la mañana. Habían pasado más de diez horas desde que se iniciaron las llamas. "Sólo nos ayudaron dos trabajadores del servicio de mantenimiento de Unión Fenosa, que nos indicaban a su entender por dónde iban las galerías y los recovecos que tenía la subestación. En realidad, me parece que les sobrepasó la entidad del siniestro", añadió.

Uno de los problemas más graves a los que se enfrentaron los bomberos es que la subestación del Cerro de la Plata tenía otra galería de salida que conectaba con la zona de la calle del Doctor Esquerdo. "Nos dimos cuenta de que salía esta nueva galería y de que había que atajar en la subestación, de forma muy rápida, las llamas, porque corríamos el riesgo de que las llamas se extendieran hasta el área de la Casa de la Moneda y el siniestro se nos fuera de las manos", concluyó este bombero. Silencio de la empresa.

Una portavoz de Unión Fenosa sólo señaló que no iba a "entrar en polémica con los bomberos de Madrid" y destacó que los efectivos del servicio de extinción de incendios trabajaron con "gran abnegación en todo momento". "Agradecemos su intervención, pero recordamos que Unión Fenosa tiene sus propios criterios técnicos, y los haremos llegar, en los informes que sean necesarios, a quien corresponda", señaló la citada portavoz.

El informe añade que las altas temperaturas que se alcanzaron en la galería impedían a los bomberos acceder a su interior. Por ello se decidió abrir zanjas desde la superficie para ahogar las llamas. Durante la mañana del sábado se abrieron cinco huecos a lo largo de la calle de Ombú. En su interior se echó tierra y espuma para asfixiar el humo y las llamas. Alrededor de las seis de la tarde, ya se había sofocado el fuego. En la extinción participaron 171 bomberos y se utilizaron 5.000 litros de espuma. Hubo ocho bomberos intoxicados.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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