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Menos zanjas en las calles

Las numerosas empresas que acometen obras subterráneas y abren zanjas en aceras y calzadas convierten a menudo a las ciudades vascas en una especie de queso gruyère. En un intento de minimizar las molestias que originan las zanjas, varias suministradoras de gas, agua y telecomunicaciones se han unido para coordinar sus respectivas obras y ponerse de acuerdo para aprovechar el mismo agujero para realizar sus acometidas de cables y tuberías. En la iniciativa, que ha promovido la sociedad de empresas Cluster de Energía, participan Bilbogas, Donostigas, Gas de Euskadi, el Consorcio de Aguas de Bilbao, Euskaltel e Iberdrola. Estas sociedades han creado la agrupación de interés económico Inkolan, que funcionará como un centro de información y coordinación de las obras que se realicen en el subsuelo vasco. Sus objetivos son múltiples. Por un lado, la empresa pretende actualizar los mapas de las infraestructuras subterráneas para que contratistas y suministradoras de gas, energía, agua y telecomunicaciones sepan qué tuberías y cables hay en el subsuelo y evitar averías. Por otro lado, Inkolan quiere que sus empresas asociadas pongan sobre la mesa sus proyectos previstos, adecúen fechas de ejecución y planifiquen las obras para que en la misma zanja diferentes compañías metan sus infraestructuras. Si consiguen reducir las aperturas del suelo, las empresas reducirán gastos y, al mismo tiempo, evitarán molestias a los ciudadanos. Los socios que integran Inkolan invierten anualmente unos 2.500 millones de pesetas en renovar y realizar acometidas de cables y tuberías subterráneos. De éstos, unos 250 millones de pesetas, un 10% del presupuesto, se dedica cada año a reparar las averías y accidentes que se producen "porque alguna otra empresa actúa en el subsuelo sin conocer el terreno", explica Javier Navea, director general de Inkolan. La nueva sociedad calcula que atenderá al año unas 2.000 peticiones de empresas y contratistas en busca de información del subsuelo. "El objetivo a medio plazo es que los solicitantes puedan recibir por fax e Internet en unas horas planos con la información del subsuelo de las zonas donde quieran actuar", señala Navea. Inkolan está abierta a nuevos socios y va a pedir la colaboración de los ayuntamientos y las diputaciones vascas para coordinar mejor las obras públicas y privadas en el subsuelo. La iniciativa de Inkolan llega en un momento oportuno. El fin del monopolio de Telefónica ha propiciado la aparición de nuevos operadores de telecomunicaciones que para dar línea directa a sus abonados necesitan tender su propio cableado bajo el suelo, lo que aumentará las intervenciones subterráneas. Iniciativa primera El proyecto de Inkolan es la primera iniciativa privada de estas características, pero no pública. Los ayuntamientos de las capitales vascas llevan años trabajando para reducir la apertura de zanjas, con mayor o menor éxito. El Ayuntamiento de Vitoria se encarga desde hace tiempo de comunicar a las suministradoras de energía y telecomunicaciones sus planes de apertura de zanjas para que aprovechen y realicen sus acometidas. Según un responsable del área de vialidad, la coordinación entre las iniciativas públicas y privadas se consigue al 100% en las zanjas grandes, las de más de 100 metros de longitud, pero en menor medida en las pequeñas acometidas. Lo mismo ocurre en el consistorio donostiarra, asegura Juan Ortiz de Zárate, responsable de Mantenimiento y Servicios Urbanos. Por su parte, el Ayuntamiento de Bilbao realiza una valoración menos triunfalista. Cada quince días se reúne en este consistorio una comisión de catas en la que participan Telefónica, Euskaltel y Bilbogas para coordinar las obras subterráneas. "El objetivo es aprovechar la apertura de una zanja para que actúen varias empresas pero esto se ha conseguido muy pocas veces porque es dífícil que quieran actuar en una misma zona en un periodo de tiempo similar", reconoce Mikel Ocio, director de Obras y Servicios del Ayuntamiento bilbaíno.

Un sinfín de dificultades

"Cada vez es más difícil realizar obras en el subsuelo porque cada vez se tienen en cuenta más variables", comenta Mikel Ocio, director de Obras y Servicios del Ayuntamiento de Bilbao. A la comisión de catas de este consistorio, que pretende coordinar las proyectos en el subsuelo bilbaíno, se han incorporado recientemente la Policía Municipal y el área de Medio Ambiente para minimizar el impacto en el tráfico y reducir los ruidos de las obras. Estas prevenciones, sin embargo, no evitan que una misma zanja se abra más de una vez. Es el caso de la obra subterránea que se está realizando desde hace varias semanas en la bilbaína calle de Juan de Garay y que ha obligado a cortar un carril de esta arteria del tráfico. Esta calle ya se abrió hace varios meses para que Bilbogas y Euskaltel, al mismo tiempo, realizaran sus acometidas pero una ejecución deficiente de la obra ha obligado a abrir la zanja de nuevo. Eso sí, se ha elegido el verano por ser la época de menor tráfico, aunque las molestias a los vecinos no se han podido evitar.

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