"Pedimos a Jatamí que aumente la velocidad de las reformas"
ENVIADA ESPECIALEs uno de los hombres clave de las pasadas protestas estudiantiles en Irán. En su calidad de portavoz de la asociación Tahkim-e Vag-dat (Oficina para la Consolidación de la Unidad), Alí Afsharí se ha convertido en la cara política de los estudiantes. Ingeniero industrial, a falta tan sólo de acabar el proyecto final, este joven de 26 años, originario de Qasvin, destacó ya en la organización, dentro de la universidad, de la campaña electoral que, en 1997, llevó a la presidencia al reformista Mohamed Jatamí. Tras dedicarse un año a sus estudios, volvió a ser elegido para uno de los siete puestos del Consejo Central de Tahkim, la principal organización universitaria de Irán.
Afsharí cita a EL PAÍS en el hotel Tehran Bozorg. La residencia universitaria donde reside, en el campus de Amirabad, el mismo que hace dos semanas fue brutalmente asaltado por las fuerzas policiales, no admite la entrada de mujeres. A la hora convenida, aparece en el vestíbulo uno de sus colaboradores, Amir, con la misión de conducirnos al lugar donde se llevará a cabo la entrevista. "Es por razones de seguridad", justifica. Tras media hora de deambular por las calles de la capital iraní, llegamos a una casa del barrio de Shahrak-e Gharb, al norte de la ciudad. Pulcramente vestido (camisa azul y pantalón caqui) y con una cuidada barba, Afsharí espera en el salón. Es la primera entrevista que concede a un medio de comunicación extranjero.
Pregunta. En su opinión, ¿quiénes fueron los responsables de los violentos incidentes que reventaron la protesta pacífica de los estudiantes?
Respuesta. Las mismas personas que desde hace dos años se han dedicado a agitar el ambiente y provocar crisis. Empezó tras las elecciones.
P. ¿Se refiere usted a los radicales conservadores?
R. Sí, la estrategia política de las corrientes conservadoras ha dado lugar a los grupos de presión . Estos grupos no son más que utensilios y lo que nos preocupa, a los estudiantes y a los reformistas, es que pueda existir un grupo mayor que los dirija. P. ¿Cuántos detenidos y fallecidos se han producido finalmente?
R. En un primer momento , se produjeron 200 detenciones, pero todos fueron liberados. Después, en los disturbios de los días posteriores, se detuvo a 1.700 personas. En las noticias dicen que no ha fallecido nadie, pero de forma no oficial sabemos que ha habido muertos.
P. ¿Tienen sus nombres?
R. Tenemos una lista de estudiantes desaparecidos.
P. ¿Cuántos siguen en la cárcel?
R. De esos 1.700 no sabemos el número de los que han sido liberados, pero en los últimos días han salido 400 y, según sus testimonios, sólo el 10% de los detenidos eran estudiantes.
P. ¿Cuáles son ahora las peticiones que hacen a las autoridades?
R. En primer lugar, que cese el jefe superior de policía Loftián, y que sea juzgado. Segundo, que el Ministerio del Interior asuma el mando de la policía. Tercero, que se controlen los grupos de presión y acabe su impunidad. Cuarto, que encuentren a los responsables del ataque a la residencia universitaria y sean juzgados en un juicio público. Y, finalmente, que levanten la prohibición al diario Salam.
P. El cierre de ese periódico pro reformista [ratificado ayer con la condena de su director por la publicación de mentiras y de documentos secretos] fue la gota que colmó la paciencia de los estudiantes, pero ¿qué más hubo detrás de la sentada pacífica? ¿Cuáles son los problemas que afrontan los jóvenes? R. En política, apertura y que todo el mundo pueda participar. En lo social, que se facilite la comunicación entre la gente. Y en lo cultural, abrir el mundo de la cultura a los que hasta ahora han estado marginados de ella.
P. ¿Quiere decir que haya más libertad para importar libros y películas o para editarlos aquí?
R. Queremos que se reconozcan las diferencias culturales que puedan existir y se respeten. En cuanto a libros y películas, pedimos que haya menos limitaciones en contenidos y más elección. Desde estos pequeños asuntos hasta los problemas políticos y sociales que afectan a este país.
P. Estas exigencias parecen bastante alejadas de la revolución contra el sistema de que les acusan los conservadores...
R. No, no es ninguna revolución lo que estamos pidiendo, es lo mismo que pide el sector reformista. Lo que sucede es que los conservadores, para no compartir el poder de decisión con la gente, nos acusan de cualquier cosa, de antirrevolucionarios por ejemplo, para desacreditarnos.
P. Dado que ustedes apoyan el programa de reformas de Jatamí, ¿se sintieron defraudados o abandonados por el presidente tras su discurso del martes 13 ?
R. No, no nos hemos sentido solos. Teniendo en cuenta la situación de Jatamí, las limitaciones que tenía y, sobre todo, el provecho que intentaba sacar la otra parte , lo que dijo Jatamí era comprensible y así lo entendimos. Pero ahora que todo se ha tranquilizado, le pedimos que encuentre a los responsables de las agresiones y que acelere la velocidad de las reformas. También ha tratado de enseñarnos Jatamí, con su forma de actuar, que no hay que responder a la violencia con más violencia, sino de forma lógica y con respaldo popular.
P. Entonces, ¿por qué el presidente no pidió a sus seguidores que se manifestaran y demostraran que tiene mayor respaldo que los conservadores, que organizaron la marcha del miércoles 14?
R. Jatamí siempre tiene esa opción, pero lo que pretendía -y parece lógico- era devolver el país a la normalidad y fue la mejor decisión que pudo tomar, ya que él no controla la policía. P. En los próximos días tienen ustedes previsto entrevistarse con el presidente, con el líder supremo y con otras autoridades. ¿Qué van a decirles?
R. Les presentaremos nuestras demandas: que se aceleren las reformas, que se aclare quién tuvo la responsabilidad en los disturbios, que se dé mayor relieve a los deseos de los estudiantes y que se controlen los grupos de presión.
P. ¿Eso se lo dirán también al líder ?
R. Sí, aunque teniendo en cuenta los cargos que tiene cada uno, en el caso del líder, suavizaremos lo de los grupos de presión.
P. Usted es un hombre religioso, ¿qué papel cree que debe tener la religión en Irán?
R. Nuestra religión es bastante humana y da a las personas el derecho a elegir. No tiene nada que ver con esa forma de presionar a la gente para que siga . Creo que en el futuro surgirán grupos que, por fin, hablarán en contra de un Gobierno religioso en Irán. Pero esperamos que salgan ganando los intelectuales religiosos porque, al fin y al cabo, Irán siempre ha sido un pueblo religioso y para llegar hasta el objetivo de la democracia con estabilidad es necesario que se encuentre un equilibrio con la religión.
P. ¿Está defendiendo la separación de política y religión?
R. No, lo que creo es que debe haber competencia, en la que seguramente surgirán también movimientos laicos y cada uno defenderá sus ideas. De entre todos ellos, yo espero que ganen los intelectuales religiosos .
P. Ha sido muy cauto al fijar esta cita. ¿Teme usted por su seguridad? ¿Ha recibido alguna amenaza?
R. Es normal tener una cierta preocupación, pero no he recibido amenazas. Sigo viviendo en el campus y no creo que necesite ninguna protección especial ahora que la situación se ha tranquilizado.
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