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La ONU dicta las regulaciones para asumir la autoridad única de Kosovo

Jorge Marirrodriga

Seis semanas después de la entrada de las tropas de la OTAN en Kosovo, Naciones Unidas decidió ayer poner coto a la confusión administrativa creada en la región e hizo pública una regulación de siete puntos que será la ley básica de Kosovo hasta el posterior desarrollo de instituciones y leyes locales. La regulación consagra la autoridad total de la ONU en la zona y no hace ni una mención a las autoproclamadas autoridades locales, como el primer ministro, Hashim Thaçi; el presidente, Ibrahim Rugova, o los alcaldes de varias poblaciones.

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Bernard Kouchner, representante especial de la ONU en Kosovo, calificó ayer la nueva norma de "madre de todas las regulaciones". Kouchner reconoció que siguen cometiéndose delitos y asesinatos en la región, el último de ellos el pasado viernes en Gracko, donde murieron 14 agricultores serbios. Mientras, el autoproclamado gobierno provisional de Kosovo, del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK), redobla sus esfuerzos para estar presente en la vida pública de la zona. El viernes, Thaçi recibió al canciller alemán, Gerhard Schröder, en Prizren."La misión de Naciones Unidas en Kosovo [Unmik] es la autoridad legal, y vamos a ejercitar esa autoridad plenamente", advirtió Kouchner. El político francés, que llegó a la zona hace poco más de una semana, se ha puesto a trabajar intensamente en la construcción del armazón administrativo de Kosovo. La región ha sido dividida en cinco zonas administrativas, al frente de cada una de ellas se ha colocado a un representante de la ONU que tiene toda la autoridad en colaboración con la fuerza internacional (Kfor) destacada en la zona. Ya hay mil personas formándose para integrar la nueva policía local y se están estudiando otras 2.000 solicitudes. "Los nuevos policías estarán en las calles a finales de septiembre", reveló ayer Kouchner.

Policías de la ONU

Esta decisión desbarata la ambición del ELK de convertir a sus policías militares en la nueva policía de Kosovo. Los albanokosovares aseguran que esta medida está contemplada en el acuerdo firmado de desmilitarización, pero parece que no han leído la letra pequeña. El acuerdo dice, en su punto 25, que se tendrá "especial consideración" con aquellas personas del ELK que "individualmente" quieran entrar a formar parte de la policía de Kosovo.

En su resolución, la Unmik reconoce la vigencia de la ley yugoslava anterior al 24 de marzo, fecha del inicio de los bombardeos de la OTAN contra Yugoslavia, aunque deja un resquicio legal para que puedan modificarse los puntos que Naciones Unidas crea necesario. Esta medida, junto a la puesta en práctica inmediata de tribunales formados por jueces de diversos países, anula la acción de los magistrados albanokosovares cuyos veredictos en la liberación de detenidos por parte de la Kfor estaban resultando muy polémicos. Desde ayer, todos los bienes muebles e inmuebles del Estado yugoslavo o la República de Serbia en Kosovo están oficialmente bajo la administración de la Unmik. Además, el inglés será la lengua que prevalecerá en el caso de duda en la interpretación de las diferentes resoluciones de la Administración.

La protección a los serbios es una de las prioridades fundamentales. Kouchner advirtió ayer de que todos aquellos que hayan ocupado las viviendas y los negocios de los serbios "tendrán que abandonarlos", e informó de que en toda la provincia quedan unos 40.000 serbios. Tras la entrada de la OTAN, se desató una auténtica fiebre entre los refugiados que volvían por hacerse con un piso perteneciente a una familia serbia.

Los albanokosovares creían que, tras la destrucción de documentación por parte de la policía serbia, el único título de propiedad válido era el nombre del ocupante escrito con rotulador en la puerta de la casa. El representante de la ONU se mostró ayer tajante sobre la ilegalidad de esta práctica, aunque conciliador. "Naturalmente, antes de echarlos , hay que asegurarse de que tengan un sitio a donde ir", dijo. Kouchner renovó ayer su llamamiento a los serbios de Kosovo para que no abandonen la región. "Comprendo lo que sienten, pero les he pedido que no se vayan", dijo.

El comandante en jefe de la Kfor, teniente general Mike Jackson, subrayó la intensidad con que se están realizando las investigaciones de la matanza de Gracko y explicó que había sido una "verdadera tragedia" ya que ese mismo día (el viernes) se había alcanzado un acuerdo con los representantes serbios del pueblo para que las tropas de la Kfor protegieran la localidad a partir del sábado. Ayer, las tropas internacionales reforzaron la seguridad en torno a estos núcleos.

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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