Triana, punto de encuentro
Quizás no sea más que una casualidad pasajera, pero los que se acerquen este año a la que es fiesta por excelencia del barrio de Triana disfrutarán de un privilegiado paseo peatonal. Gracias a las polémicas obras del mercado del barrio, que siguen sin fecha de finalización, el corte al tráfico del puente de Isabel II proporciona al visitante un magnífico acceso a pie. Para los trianeros esta circunstancia no parece ser una ventaja respecto a años anteriores. A los perjuicios causados desde hace meses por el desorden del tráfico sobre los comerciantes de la zona, se une estos días la previsión del caos que provocará la afluencia de visitantes en coche y la falta de espacio para aparcamiento en el barrio y en calles limítrofes. Con todo, la Velá de Santiago y Señá Santa Ana fue inaugurada en la noche del miércoles y ya antes del tradicional alumbrado la calle Betis y la plaza del Altozano eran un hormiguero de visitantes. El público era una heterogénea combinación de trianeros de pura cepa, sevillanos en busca de un soplo de aire fresco y estudiantes extranjeros despistados y sorprendidos. No cabía un alfiler. Cuando a las doce de la noche el recién estrenado alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, alumbró la portada de la Velá, muchos otros operarios anónimos, estratégicamente colocados a lo largo de las cajas de fusibles de la calle Betis, hicieron lo propio con el resto de la iluminación. La fiesta, que se alargará hasta el lunes día 26, festividad de Santa Ana, ofrece más de lo que habitualmente se espera de una feria andaluza. Además de las tradicionales casetas, que en este caso son todas de colectivos (hermandades, partidos políticos o asociaciones), y tras el pregón del miércoles pronunciado por Ruiz Torrent, hermano mayor de la Hermandad del Cachorro, el fin de semana en Sevilla se llena de actividades culturales y de ocio en el barrio. Certámenes de cerámica, concursos de tiradores de cerveza o de sevillanas, trofeos de ajedrez o competiciones deportivas de piragüismo o fútbol-sala irán desgranándose a lo largo de estos días festivos. También hay lugar para otro tipo de oferta como las proyecciones de cine que a diario tendrán lugar a la 22.30 horas en la plaza de Santa Ana. De todo lo que se organiza al calor de la Velá, nada tan popular, esperado y bien premiado como la cucaña. Por cantidades que llegan a alcanzar las 15.000 pesetas, muchos jóvenes sevillanos se juegan parte de su integridad física en el tradicional juego que consiste en alcanzar a pie un pañuelo blanco situado al final de un palo impregnado de grasa sobre el río Guadalquivir. Los resbalones hacen casi imposible el éxito de los participantes y provocan grandes risas en los muchos espectadores que se sitúan a lo largo de la calle. La noche discurre agradable de la mano de la oferta gastronómica de las casetas (frituras y montaditos en su mayoría). En cuanto a la bebida, destacan sin duda los mojitos cubanos de la caseta de Izquierda Unida. Datos de interés El acceso a la Velá puede complicarse mucho en esta edición por las obras en el puente de Triana. Hay aparcamientos acondicionados en el paseo de Marqués de Contadero, en la otra orilla del río.
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