Recuperados a 35 metros de profundidad los cuerpos de Kennedy y sus dos acompañantes
El cuerpo de John Kennedy Jr. fue encontrado ayer, dentro de los restos del fuselaje de su avioneta, a 12 kilómetros al suroeste de la isla de Martha"s Vineyard, en uno de los lugares que el sonar del buque Grasp de la Marina había señalado como posible punto en el que el aparato se precipitó contra el agua. Después de localizar la avioneta, cámaras manejadas por control remoto confirmaron que se trataba de la Piper Saratoga. Los submarinistas recuperaron los cadáveres de Kennedy, Carolyn y Lauren Bessette, su esposa y su cuñada. John será sepultado en el mar.
A última hora de ayer los cuerpos fueron recuperados y trasladados al cuartel del Servicio de Guardacostas de Woods Hole, Massachusett. El senador Ted Kennedy debía identificar anoche el cuerpo de su sobrino y, para ello, se desplazó -junto a dos de sus hijos, Patrick y Ted-, hasta la base de Woods Hole. Además, un destructor de la Marina puso rumbo hacia Cape Cod, frente a Hyannisport, para preparar la sepultura de John en el mar, con honores militares, tal y como solicitó oficialmente la familia Kennedy anoche. La solicitud fue aceptada por la Marina de EEUU.Mientras tanto, y a la espera de que se fije la fecha de un posible funeral, la familia Kennedy asistirá a una misa privada en recuerdo del matrimonio, mañana por la mañana en Nueva York, en el templo de Santo Tomás Moro, el mismo lugar donde se celebró el funeral de Jacqueline Onassis.
La localización de los cuerpos estuvo precedida por una intensa búsqueda que se vio recompensada a las 11.30 horas de la noche del martes (5.30 de la madrugada del miércoles, hora peninsular española), 98 horas después del accidente, con el hallazgo del fuselaje del avión. Dos horas más tarde, los submarinistas encontraron el cuerpo de John Kennedy dentro de la cabina de la avioneta, cuyos restos estaban esparcidos a lo largo de unos 90 metros en el lecho marino.
Los restos de Carolyn y Lauren Bessette fueron localizados fuera del aparato sobre las nueve de la noche de ayer, hora peninsular española. Las labores de rescate fueron extremadamente difíciles ya que la avioneta se encontraba a 35 metros de profundidad y en esa zona la visibilidad era de 1,5 a 2,5 metros.
La familia Kennedy, que llevaba cuatro días de angustiosa espera, fue avisada inmediatamente. Habían pedido que se les llamara a cualquier hora en el momento en el que se localizaran los restos, aunque inicialmente no hubo una identificación oficial, a la espera del examen forense. Poco después se notificó el hallazgo a la Casa Blanca. El presidente Clinton reiteró su solidaridad con las familias, y felicitó al Servicio de Guardacostas y a los equipos de rescate.
La avioneta Piper Saratoga despegó a las 20.30 del viernes de un aeropuerto de New Jersey, cerca de la ciudad de Nueva York. Según la reconstrucción efectuada por Robert Pierce, que dirige la investigación desarrollada por el Consejo Nacional de Seguridad en el Transporte, los datos del radar indican que el vuelo se desarrollaba normalmente a unos 54 kilómetros del aeropuerto, en el comienzo de la maniobra de aproximación, con un descenso relativamente rápido, pero dentro de los márgenes adecuados.
Antes de que el piloto, por causas aún desconocidas, perdiera el control de los mandos, y cuando faltaban 32 kilómetros para el aeropuerto, la avioneta giró hacia la derecha y recuperó 90 metros de altitud. Prolongó unos minutos el rumbo en estas coordenadas y volvió a girar a la derecha para precipitarse en un descenso vertiginoso, "diez veces más deprisa de lo normal", según Pierce: casi 1.600 metros en un minuto. A las 21.38 horas, la avioneta desapareció de las pantallas, presumiblemente lanzada en picado hacia la superficie del océano, en lo que los expertos llaman "espiral a tumba abierta" y hacia un impacto sobre el que Pierce prefirió no especular: "Estoy seguro de que todo el mundo puede obtener sus conclusiones a partir de la fragmentación de los restos que hemos encontrado".
Tras la localización de los cuerpos, y a la espera de su rescate, aumentan los datos sobre las circunstancias que precedieron al accidente. Según The Washington Post, John Kennedy, que había pasado algunas semanas con el tobillo escayolado y con muletas por un accidente con un ultraligero, dijo a algunos amigos que estaba deseando poder volar solo. La escayola le fue retirada el jueves, un día antes del último vuelo. Días atrás, había volado a Toronto con un instructor a su lado, a causa de la escayola. Arthur Marx, que le dio clase de vuelo, dijo ayer a la CNN que John Kennedy Jr. no corría riesgos innecesarios en el aire.
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