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Blair recupera al estadounidense Mitchell como mediador para salvar el plan de paz en el Ulster

Tony Blair y Bertie Ahern, primeros ministros del Reino Unido e Irlanda, dieron a conocer ayer los detalles de la revisión del Acuerdo de Viernes Santo de 1998 que colapsó el pasado jueves con la renuncia del Partido Unionista del Ulster (UUP) de David Trimble a compartir Gobierno con los republicanos del Sinn Fein, frente político del Ejército Republicano Irlandés (IRA). Para salvar el parón, han recurrido al exsenador estadounidense George Mitchell, que desempeñará un papel predominante en esta nueva y previsiblemente definitiva etapa del proceso de paz como mediador entre todos los partidos de Irlanda del Norte.

La revisión se centrará en la formación del Gobierno autonómico compartido y en el desarme de los grupos paramilitares, obstáculos que impidieron el progreso la semana pasada. La revisión se puso en marcha con efecto inmediato. Mitchell se entrevistó anoche con David Trimble en Londres para discutir las modalidades de la nueva ronda de negociaciones que se iniciarán durante el mes de septiembre. El exsenador norteamericano, que presidió con éxito la negociación del Acuerdo de Viernes Santo, viaja hoy a Belfast para establecer contacto directo con el resto de las fuerzas políticas norirlandesas. Mitchell manifestó el carácter "asistencial" de su misión en el proceso de paz. "El primer día de la negociación, en junio de 1996, expliqué a los líderes de los partidos que no venía a preparar el acuerdo sino a asistir a su consecución. El mismo criterio se debe aplicar en esta ocasión", señaló en Londres como anticipo al mensaje que transmitirá a los líderes políticos.Su papel en la revisión se enfoca, por tanto, a facilitar el entendimiento y el compromiso entre los partidos en los dos obstáculos que impiden el progreso: la formación de un Gobierno autonómico compartido entre unionistas, nacionalistas y republicanos, y el desarme de todos los grupos paramilitares, incluido el Ejercito Republicano Irlandés (IRA).

Retraso hasta septiembre

El objetivo final es lograr la aplicación de todos los aspectos del acuerdo de Viernes Santo de 1998, que traza el futuro mapa institucional de Irlanda del Norte, establece las relaciones entre Irlanda del Norte y el Gobierno de la República y redefine la relación entre Londres y Dublín. Al margen de los contactos de aproximación, ayer y hoy, la revisión se aplaza hasta septiembre cuando, afirmó Blair, "avanzará lo antes posible" hasta lograr "una conclusión rápida".El primer ministro definió esta fase crucial del proceso como "estrechamente conducida" para evitar la repetición de las escenas de farsa y recriminación de los ultimos días. "Es importante", continuó el primer ministro tras la reunión en Downing Stret con su homólogo irlandés y el senador norteamericano, "que los partidos mantengan un diálogo adecuado entre ellos de forma que se salven los problemas". Blair acepta que el fracaso de la semana pasada se debió en parte a que los líderes políticos "no estaban preparados del todo", pero se muestra confiado en superar con éxito el periodo de revisión. "Es obvio que la gente quiere desesperadamente un acuerdo. Todavía mantengo la visión que el deseo del pueblo norirlandés se cumplirá y encontraremos un camino para superarlo", explicó frente a su residencia de Downing Street.

El colpaso del proceso no ha despejado ninguno de los obstáculos. Los unionistas renuncian a compartir puestos ministeriales con el Sinn Fein, frente político del IRA, hasta que no reciban garantías del compromiso del Ejército Republicano Irlandés sobre la destrucción de su armamento.

En la ronda de negociaciones, a partir de septiembre, los republicanos podrían solicitar un nuevo plazo para la conclusión del desarme, que el Acuerdo fija en mayo del 2000. Los unionistas de Trimble se resisten a considerar esta opción. Las negociaciones, además, podrían verse entorpecidas por una serie de comisiones especiales, establecidas en el Acuerdo de Viernes Santo, respecto de la reforma de la policía del Ulster y la revisión del sistema de justicia criminal, cuyos resultados se esperan para el mes de septiembre.

A corto plazo queda por resolver la posición de Trimble como primer ministro designado de Irlanda del Norte. La dimisión el jueves pasado del nacionalista moderado Seamus Mallon, como viceprimer ministro, en protesta al boicoteo unionista a la Asamblea Constituyente del autogobierno, pone una incógnita en el futuro de Trimble como cabeza de ambas comunidades norirlandesas. El Acuerdo establece que protestantes y católicos deben estar representados en la cabeza del Ejecutivo autómico. El dirigente unionista, que ayer se entrevistó en Londres con Ahern antes de partir de vacaciones, aseguró que se mantendrá en su cargo. "No pienso dimitir. Pretendo ver esto hasta el final", afirmó.

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