Una misteriosa enfermedad causa ocho muertos en Rusia

Una enfermedad misteriosa. Justo lo que faltaba para coronar un siniestro verano en Rusia marcado por el calor sofocante, centenares de ahogados, incendios forestales y hasta una plaga de langosta. Ocho personas han muerto en el sur y más de 112 reciben tratamiento, afectadas por un virus que provoca fiebres y hemorragias internas. Las sospechas apuntan a la llamada fiebre congocrimeana.

Seis de las ocho víctimas han muerto en Oblivka (11.000 habitantes, cosacos en su mayoría), cerca de Rostov del Don y no lejos de Volvogrado (antigua Estalingrado). Esta última ciudad fue declarada ayer la tercera zona rusa afectada, con un saldo de 32 personas hospitalizadas de las 112 contabilizadas. Tres de los fallecidos tenían menos de 18 años.Pese a los intentos de las autoridades para impedirlo, ya se está produciendo un éxodo de Oblivka, con el consiguiente riesgo de extensión de la enfermedad. Las otras dos muertes han sucedido en la cercana región caucásica de Stavropol, en dos localidades distantes. Cuando fueron al médico, la enfermedad, muy difícil de diagnosticar, era ya imparable. Hacía 50 años que no se producían casos de fiebre congocrimeana o de una dolencia parecida en la zona, y se teme que el calor puede estar en el origen del rebrote. Guennadi Onishenko, máximo responsable médico del Ministerio de Sanidad, calificó la infección como "de bajo contagio", lo que no ha evitado que cunda el pánico. Los trenes ya no paran en la estación de Oblivka, se ha interrumpido el servicio de autobuses y la gente se encierra en sus casas.

La cadena de televisión NTV ha mostrado imágenes de una ciudad desierta y de aspecto fantasmal y de médicos protegidos con máscaras que entran a habitaciones de hospital en las que se lee la palabra cuarentena, aunque parece que no se adoptará esta medida de forma generalizada.

Según Onishenko, que ha viajado a la región afectada, no hay motivo para la alarma. Recordó que existen 15 tipos de fiebres hemorrágicas registradas en Rusia. En 1997, más de doscientas personas fueron víctimas de una infección similar en la región de Javárovsk, en el Extremo Oriente. El virus está latente, como aletargado, en la zona de Rostov, pero también en otras como Astrakán (en la desembocadura del río Volga) y las repúblicas ex soviéticas de Uzbekistán (en Asia Central) y Ucrania.

La enfermedad no es necesariamente mortal. De hecho, la mayoría de los afectados hasta el momento están siendo tratados fuera de los hospitales, y 11 de los ingresados el domingo en Rostov del Don ya han sido dados de alta. Pero la prevención no es fácil. El contagio puede provenir de animales caseros que no muestran síntomas y de la picadura de garrapatas. Las autopsias a las víctimas han revelado como causa inmediata de las muertes el desarrollo de hemorragias cerebrales.