Se echó el telón a la Feria teatral
La II Feria de Teatro de San Sebastián echó el telón después de cuatro intensos días en los que han intervenido una treintena de espectáculos de lo más variado. Lo hizo a ritmo de salsa, merengue y son cubano. El grupo vasco-venezolano-cubano Mango Melao fue el encargado de clausurar este reencuentro donostiarra con el teatro, iniciado el año pasado. La feria es un gran escaparate donde las compañías de teatro presentan sus últimos montajes en espera de que los programadores que acuden -más de 150 en esta ocasión- le echen el ojo y decidan contratarles. En una sola actuación, la del estreno, se juega una futura gira o el mayor de los fracasos. "Es una osadía", comentaba el pasado miércoles Ramón Barea, bajo cuya dirección se estrenaba la última producción de Txalo, La dama y el cardenal. Concluida la feria, es hora de hacer balances y cifrar el volumen de negocio y contrataciones que han acarreado estos cuatro días de teatro ininterrumpido. Los organizadores del evento han decidido dejar para el lunes esta labor. Hasta entonces, todos sus comentarios giran en torno a lo ya sabido: "La feria está funcionando según lo previsto; estamos contentos con la respuesta del público"; y demás frases poco comprometedoras. El escenario en el que se han convertido las calles donostiarras durante estos días no se retira del todo. Cerca de 60 jóvenes, entre actores y actrices, maquilladoras, músicos, iluminadores, etcétera, participan en la cuarta edición de la Comedia de verano, que desde ayer se representa en la Plaza de Zuloaga de San Sebastián hasta el 20 de julio. El espectáculo musical, dirigido por Jon Sarasti, se titula Todo por La Concha.
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