Baño y, por la tarde, tango Lanjarón añade a las terapias una completa oferta de ocio y cultura
Cuentan que fue un fraile capuchino que, contra los preceptos de su fe decidió quitarse la vida, quien descubrió los beneficiosos efectos del agua de Lanjarón, en Granada. Tal era el tormento producido por sus males de estómago que planeó el suicidio bebiendo en el mismo manantial donde los pájaros morían tras abrevar. El líquido salobre le supo a rayos. Pero cuando aguardaba el comienzo de los estertores le subieron los colores a las mejillas y sus dolencias intestinales desaparecieron por completo. La leyenda la narra Soledad Ramos, responsable del balneario de Lanjarón, uno de los primeros que abrieron sus puertas en España. "No sabemos con certeza quién advirtió en 1774 las cualidades de las aguas que bajan de Sierra Nevada, pero sí que desde 1820 la gente viene aquí a paliar sus dolencias", señala. El pueblo de Lanjarón, "el pórtico de La Alpujarra", como advierte un cartel en su entrada, nació y creció en el siglo XIX alimentado por los visitantes de su balneario. La definición que de la localidad hizo Gerard Brenan en 1957 aún tiene vigencia: "Es una aldea grande, casi una ciudad, como una balaustrada a lo largo de una escarpada ladera". El balneario recibe cada temporada a unos ocho mil visitantes. El éxito reside, según Ramos, en la variedad de aguas que ofrece, con distintas aplicaciones terapéuticas y seráficos apelativos. "Beber San Vicente es recomendable para afecciones renales, la Capilla combate la anemia y la del manantial Salud favorece las digestión", enumera. Aunque el brebaje estrella es el que sanó al monje: el agua Capuchina. "Existen familias enteras adictas a esta variedad, de un sabor bastante peculiar y con efectos drásticos en problemas digestivos. Es mano de santo contra el estreñimiento", asegura Ramos. Además de la terapia por vía oral, el balneario ofrece servicios de hidromasaje, baños, duchas y tratamientos con lodo. Todos ellos a base de agua del manantial Salado, rico en sales minerales. Pero no sólo de agua vive el visitante. Desde que el grupo Danone controla la embotelladora Aguas de Lanjarón S. A. y el balneario, ha tratado de completar la oferta sanitaria con ocio y cultura: exposiciones, conciertos de música clásica, salsa, flamenco, certámenes literarios y cursos de baile de salón. En palabras de Soledad Ramos, "se trata de recuperar el glamour que el establecimiento tuvo antaño".Dirección Avda. de la Constitución,s/n Teléfono 958 771 070 Indicaciones Afecciones de hígado, riñón y digestivas Precio 15 días con toma de agua y duchas: 20.995 ptas.
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