Thaçi: "El ELK deberá tener responsabilidades en el control de la situación junto a la Kfor"
ENVIADO ESPECIAL"Las autoridades de Kosovo quieren la desmilitarización, pero el Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) tiene que ser responsable de controlar la situación en colaboración con las tropas de la fuerza internacional (Kfor)", declaró, en una entrevista con EL PAÍS, el líder de la guerrilla albanokosovar y virtual primer ministro de la provincia, Hashim Thaçi, dejando abierta la puerta a que la organización que dirige siga constituyendo un cuerpo armado, aunque sea bajo la forma de policía, en el futuro más próximo de la región.
Thaçi, un historiador conocido anteriormente por el sobrenombre de Serpiente, está pujando fuerte en las últimas horas contra la decisión del administrador de Naciones Unidas para Kosovo, el francés Bernard Kouchner, de poner en marchar una policía civil completamente nueva, formada por la ONU y a la que tengan acceso todos los albanokosovares que quieran, independientemente de su etnia. Ayer mismo comenzaron a repartirse por todo el territorio los impresos de solicitud. "Hemos firmado una declaración de 25 puntos, y el punto vigésimo cuarto dice que el ELK es responsable del control de la situación junto a la Kfor, y esa colaboración puede ser determinante en la creación de la nueva policía", añadió. Los representantes de Naciones Unidas en Kosovo están insistiendo en los últimos días en que la ONU es la única autoridad real en la región; por eso la Administración que está poniendo en pie el ELK quiere dar una imagen de moderación, muy diferente a los discursos empleados durante la represión serbia y los ataques de la OTAN contra Yugoslavia. "Estamos interesados en crear un hogar para todos los que viven aquí, independientemente de su nacionalidad", señaló el político albanokosovar. "Queremos una sociedad democrática que esté integrada en la región y también en las instituciones occidentales". A pesar de esta integración pretendida, el líder del ELK quiso dejar bien claro su posición respecto a sus vecinos serbios. "No estamos interesados en desarrollar nuestra economía hacia Serbia, sino hacia Europa", dijo, y añadió que ha recibido "algunas señales" para recibir colaboración por parte de Serbia. Thaçi aseguró que espera que la comunidad internacional se vuelque en la ayuda a Kosovo, y expresó su deseo de que la llegada de Kuschner a Kosovo, que se produjo el jueves, acelere la entrada de la ayuda. Cree que su Gobierno podrá participar en la gestión de al menos una parte de dicha ayuda.
El representante político del ELK, que ayer se reunió con Kouchner y diversos representantes serbios y albanokosovares en la primera jornada del Consejo de Transición de Kosovo, señaló que la visita a Pristina del líder moderado Ibrahim Rugova, efectuada el jueves, "no es una gran cosa para la gente de Kosovo". Thaçi, cuyo partido se disputa la primacía política con la Liga Democrática de Kosovo (LDK) de Rugova, se declaró "contento con que Rugova venga a Kosovo". Sin embargo, añadió: "Pero, para mí, ése es un día como todos los demás. Yo sigo con mi trabajo".
Thaçi no considera a Rugova un interlocutor imprescindible para llegar a un acuerdo con los albanokosovares, y cree que en la misma LDK pueden emerger otros líderes. "Para el partido de Rugova, el Gobierno siempre está abierto. Tiene gente eminente y, por ejemplo, hay un gran número de alcaldes de la Liga Democrática".
El líder albanokosovar asegura estar dispuesto a reunirse con Rugova. "Estamos siempre listos para hablar con él, aunque él no esté siempre listo", remató.
Sobre las relaciones con los administradores de la región (ONU y Kfor), Thaçi quiso marcar distancias. "Hemos sido respetuosos con las decisiones de la Administración civil, y esperamos que ellos harán lo mismo en el futuro". Un futuro sobre el que no quiere precipitarse hablando de una independencia inmediata. "Hemos respetado un acuerdo y lo respetaremos. La independencia de Kosovo está en el futuro, pero es un proceso que debe realizarse. Será el pueblo de Kosovo el que deberá pronunciarse en el futuro".
El ELK es un movimiento guerrillero surgido durante 1998 contra las actuaciones de la policía serbia en Kosovo. Catalogado como "terrorista" por el Departamento de Estado de EEUU durante el pasado año, ha visto cómo en pocos meses sus representantes pasaban de ser considerados casi como unos bandoleros por la comunidad internacional a obtener el respaldo de Occidente, especialmente de Estados Unidos. La última imagen de este cambio se produjo esta misma semana, cuando el miércoles su jefe militar compareció en Pristina junto al comandante supremo de la OTAN en Europa, el general Wesley Clark, vestido de uniforme a pesar de los acuerdos de desmilitarización del ELK.
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