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JOHAM VAN DER KEUKENFOTÓGRAFO Y CINEASTA

"Aunque me encuentre rodeado de muerte, en mi trabajo hablo de vida"

"Un gesto en el espacio"; así define el documentalista, fotógrafo y cineasta Joham van der Keuken (Amsterdam, 1938) el montaje de sus obras de imagen fija y en movimiento que se presentan con el título El cuerpo y la ciudad en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona hasta el 26 de septiembre. Van der Keuken ofrece una interpretación de cinco ciudades, Amsterdam, La Paz, Nueva York, Sarajevo y Jaipur, a caballo entre la fidedignidad del documento y la subjetividad de la creación artística. Junto a estos lugares geográficos, vistos desde la perspectiva humana que impone la persona, el considerado uno de los grandes del documental contemporáneo presenta una mirada más interior mediante una serie de desnudos y una entrevista realizada a su hermana, enferma terminal, pocos días antes de su fallecimiento. Johan van der Keuken ha consagrado su vida a la imagen fotográfica y cinematográfica. "Me inicié en la fotografia a los 15 años de la mano de mi abuelo. A los 17 años ya publiqué un libro de fotografía con unos amigos que llevaba por título Tenemos 17", explica. Estas fotografías primerizas forman parte del último apartado de la exposición, dedicado a Yoka, hermana del artista, fallecida de cáncer en 1997. Van der Keuken decidió proponer a Yoka grabar la conversación que, junto a Noshka, esposa del artista, mantuvieron pocos días antes de su fallecimiento. En el vídeo, que se emite en un espacio que recrea un ambiente de intimidad, Yoka reflexiona sobre diferentes aspectos de su manera de entender la vida. "Al igual que en el apartado de la exposición dedicado a Sarajevo, en el que la muerte está presente, se trata de una obra que habla de la vida. Aunque me encuentre rodeado de muerte, en mi trabajo siempre hablo de la vida". Van der Keuken justifica su paso alternativo de la imagen fija a la de movimiento por un deseo que ha sido el motor de su obra. "Desde las fotografías que realicé a mi hermana cuando ella tenía 19 años, lo que siempre ha motivado mi trabajo ha sido la percepción de la realidad. Pero sé que existen diversas realidades; por eso tengo diferentes estilos, para captar una realidad concreta de manera específica". Van der Keuken ha aplicado esta idea también al montaje de la exposición, que se resuelve en cada caso de una manera singular. Para ello ha contado con el apoyo del escenógrafo Jeroen de Vries, con quien trabaja desde 1993. "Considero que es una exposición de los dos", explica Van der Keuken mientras muestra las pantallas que ha diseñado su colaborador, que permiten al espectador circular entre ellas. "No se trata de una exposición interactiva, pero este montaje permite que el visitante pueda tener diferentes perspectivas". En estas pantallas aparecen imágenes del apartado Cuerpos / Desnudos / Ver y no ver, que exhibe fotografías y películas que se balancean desde la ternura erótica hasta la proximidad pornográfica, en un movimiento muy característico de este autor, que siempre se mueve en el camino tierno del lado salvaje. La importancia del diseño del montaje de Jeroen de Vries también queda patente en la serie dedicada a Nueva York, en la que las fotografías realizadas son mostradas en un gran muro. De Vries también ha resaltado el dramatismo del blanco y negro de las fotografías tomadas por Van der Keuken en Sarajevo. Para su realización, Van der Keuken utilizó una cámara de medio formato que le permitió mover la película sin sacarla del interior. La trayectoria y la personalidad de Van der Keuken hacen que siempre intente poner en un primer plano a todo aquel que ha trabajado con él. En este sentido, su vertiente de documentalista habituado al trabajo en equipo puede más que el egocentrismo artístico. El documentalista resalta su colaboración con Frank Vellenga, con quien asistió a un festival de películas en Sarajevo en 1993. "La ciudad estaba asediada, tomamos contacto con Marijela Margeta, una estudiante de arquitectura que se jugaba cada día la vida para asistir al festival. Mientras rodábamos un documental por la ciudad yo me preguntaba qué sentido tenía hacer cine en medio de la guerra. Finalmente vi que lo que hacía respondía a una necesidad mental. Con la cabeza se puede subsistir a los reveses de la vida. De hecho, Marijela Margeta nos dijo años después que nuestro trabajo le salvó la vida porque le dio fuerzas para continuar adelante". La exposición también muestra la crudeza del conflicto social en la ciudad de La Paz y la contraposición de distintos personajes en Amsterdam, su ciudad natal. "Durante finales de los años cincuenta, los sesenta y principios de los setenta mi trabajo estaba cargado de cólera política. Ahora tengo las mismas ideas, intento ofrecer un aspecto social con mi trabajo pero el resultado es diferente", explica el artista.

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