Aznar afirma que sus "apaños" poselectorales inhabilitan al PSOE para gobernar España
José María Aznar mandó ayer de vacaciones a los 506 miembros de la Junta Directiva Nacional del PP con una diatriba brutal hacia el PSOE por sus "arreglos y apaños" poselectorales, para "ocupar despachos a cualquier precio", con fuerzas que "defienden, consienten o proponen" el derecho a la autodeterminación o ponen en peligro la soberanía territorial. El presidente del Gobierno y del PP mantuvo ante la cúpula de su partido que esas alianzas con el BNG, en Galicia, y Unió Mallorquina, IU-Els Verds o Esquerra Republicana en Baleares "inhabilitan" al PSOE para gobernar España. A su vez, los socialistas acogieron la reacción airada de Aznar ante la pérdida de sólo algunos ayuntamientos preguntándose qué tipo de "pataleta antidemocrática" podrá promover la próxima primavera si pierde La Moncloa.
Aznar adelantó ayer, antes de su análisis sobre las elecciones y los pactos, que iba a exponer sus "verdades políticas". En su reflexión, finalmente, no hubo nada más que justificaciones internas y ataques al PSOE; autocríticas, ninguna. Así, reiteró que el PP debe congratularse por haber ganado todos los comicios, no sólo los del 13-J sino también los convocados desde 1994, y por conectar con los ciudadanos.
El presidente del PP sabía que ayer podía recoger los mayores aplausos si arremetía contra los pactos que en las últimas semanas ha alcanzado el PSOE. No defraudó. Fue entonces cuando dijo que el PP no ocuparía "despachos a cualquier precio", no se dispondría a acuerdos con partidos que cuestionan la soberanía nacional y no fomentaría al GIL ni a "grupos minoritarios de carácter marginal para extender particularismos que no son más que restos arqueológicos simbólicos".
El portavoz de la Ejecutiva Federal del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, replicó de inmediato: "Es una pataleta antidemocrática propia de quien se resiste a salir de las instituciones. Le pedimos al señor Aznar que sepa entrar y salir con dignidad de las instituciones. ¿Qué va hacer? ¿Cuál va a ser su reacción cuando pierda las elecciones generales si se pone así por unos cuantos gobiernos municipales y autonómicos?".
Ni Aznar ni el PP han asimilado bien la disposición del PSOE a los acuerdos. Eso sí, nadie se pregunta oficialmente -tampoco ayer- por qué al PP le cuesta tanto firmar pactos con otras formaciones. Aznar prefirió esconder esa laguna primero con una exaltación de su actual liderazgo europeo -matemáticamente en el PPE y por su proyecto de centro reformista entre los otros primeros ministros- y luego con una crítica a la "anormalidad" de que el PSOE "haga pactos con fuerzas radicalmente distintas o supuestamente incompatibles". Y subrayó que, mientras el PSOE no explica para qué y por qué aplica con "voracidad de poder absolutamente insaciable" esos "pactos de perdedores", el PP sí fue "transparente y público" cuando acordó con el PNV, CiU y Coalición Canaria su investidura presidencial.
Aznar auguró que el PSOE pagará por esos acuerdos y, en concreto, por los firmados con nacionalistas radicales en Baleares. Fue así cuando recuperó la intervención ante la Junta de Jaume Matas, el ex presidente balear, quien apareció con el recorte de una noticia del Diario de Mallorca en la que se relata que el diputado de IU-Els Verds elegido secretario de la Mesa dejó en su nuevo despacho, envueltos en un visillo, los retratos del Rey y la Reina con una nota que decía simplemente: "Llévense esto".
La obsesión del PP por sus acuerdos ha llevado a miembros de la Ejecutiva Federal del PSOE a poner de manifiesto "la soledad y el aislamiento" de los populares. "Nadie de los que gobernaron con ellos ha querido repetir cuando han tenido otra posibilidad de pacto", apuntó ayer Joan Lerma.
A su vez, Rubalcaba indicó que fuerzas políticas como Unió Mallorquina o el Partido Aragonés han comprobado, durante sus años de colaboración con él, que el PP "no pacta, sino que apabulla, engulle e intenta comprar". Y aportó como ejemplo las graves revelaciones de la dirigente de UM, Maria Antònia Munar, sobre que el PP les ofreció "33.000 millones por escaño, el reconocimiento de nacionalidad histórica para Baleares y algunas gestiones cerca de los jueces para casos pendientes".
Los dirigentes socialistas gallegos también defienden "la legitimidad" de su pacto con el BNG y repiten que esa formación cree en "la autodeterminación" como "el PNV y las Juventudes de CiU", socios en esta legislatura del PP.
Sobre Baleares, Rubalcaba remarcó que se trata de defender un pacto "de progreso" frente "a la corrupción, el caciquismo, el clientelismo y el mangoneo de 20 años del PP". El diputado y miembro de la ejecutiva socialista de las islas Antoni Costa recordó además que sus ahora socios de UM pactaron en las elecciones europeas con el PNV y CiU.
Con especial consternación se acoge en el PSOE las críticas del PP por lo sucedido en Melilla. Rubalcaba consideró "de una gran vileza e iniquidad política" que los populares digan en público que los socialistas no han hecho todo lo posible por impedir un Gobierno con el GIL.
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