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MÚSICA EN 7D

La tralla de Metallica abre fuego en un Festimad con más de 70 actuaciones

La lluvia que deslució anteriores ediciones no podrá este año con el Festimad, que se celebra ahora en unos días supuestamente más secos: los próximos 15 y 16. El rock de Metallica o Black Crowes competirá en Móstoles con la vanguardia de Tricky o Howie B. y la latinidad de Amparanoia o Macaco. Las adolescentes están de enhorabuena, porque ya llega la ansiada actuación de Back Street Boys en La Peineta, donde montan guardia desde hace días. Además, el veterano del blues B.B. King vuelve a tocar en Madrid.

- Música y acampada. Merece la pena llevarse la tienda de campaña al Soto de Móstoles: el cartel del Festimad es suficientemente atractivo. Entre más de 70 actuaciones hay rock, punki, metal, tecno, latino, rap, hip-hop y pinchadiscos. El primer día, Metallica es la estrella, su heavy evolucionado está escribiendo la banda sonora del fin de siglo, junto a Tricky, cuyo caos sonoro se adentra en el siglo que llega. El segundo día se oirán las guitarras de Ministry o The Black Crowes, que darán paso al tecno de Howie B. o Trans-global Underground. Entremedias, Amparanoia, Los Rabanes, Color Humano, Fromheadtotoe o Macaco. Dos jornadas realmente intensas. - 'Blues' y sosiego. El veterano rey del blues B. B. King vuelve con Lucille -así llama a su guitarra- para desgranar en el Conde Duque toda su sabiduría. Una noche que se intuye vibrante, pero que también transmite tranquilidad y sosiego, como el que ofrece el angoleño Waldemar Bastos en Suristán. Melodías africanas con ecos de fado portugués. Siguiendo con la mansedumbre, Ramón Leal y Beatrice Binotti recrean suave bossanova, mientras que la banda neoyorquina Steps Ahead se entrega al jazz melódico. Relajante resulta también escuchar las voces cubanas de Vocal Sampling, una formación sin instrumentos, con cuyas voces son capaces de crear una infinidad de sonidos distintos.

- Sólo para 'fans'. Si no se es adolescente es difícil comprender a Back Street Boys, un grupo que se alimenta de una afición extrema. Las quinceañeras pueden hacer cualquier cosa con tal de sentirse cerca de sus ídolos. De momento llevan ya cuatro días a la vera de La Peineta para ver si, como en su anterior concierto, de abril de 1998, a las primeras en entrar se les concede el privilegio de ponerse a los pies del escenario. El grupo, por su parte, ofrece elegantes canciones de soul ligero, tiernas baladas y una más que correcta coreografía, que aprovechan para mostrar sus bien construidos cuerpos.

- Búsqueda radical. Desde variadas posiciones, un buen número de artistas mostrará esta semana sus experiencias, en muchos casos combinadas, desde la raíz de sus propias culturas. Así, el canario Benito Cabrera expone el timple, esa especie de guitarra diminuta, a los ecos del jazz y el Atlántico.

La raíz brasileña está triplemente representada estos días con Silvia Torres, Carlinhos Brown y Ney Matogrosso. La suave voz de la bahiana Silvia contrasta con el ritmo desmesurado de Carlinhos, y ambos se juntan hoy en el patio del Conde Duque. Tres días después, en el mismo lugar, Matogrosso, una de las figuras musicales de este siglo, ofrece la más refinada música popular brasileña.

El Encuentro de Músicas del Mundo de Getafe llega este fin de semana a su término con música de Euskadi, Cabo Verde y Colombia. La música tradicional del País Vasco la sirve Alboka, el grupo de Joxan Goikoetxea y Josean Martín. La morna caboverdiana le debe su recuperación a Teófilo Chantre, un lujo en Getafe. Clausura el festival Liliana Ramírez, música campesina colombiana con ecos de vallenato y cumbia.

Cuba vuelve a sonar con Albita, esa mujer brava y guerrera que actualiza el son y la guajira, y con los venerables niños de la Vieja Trova Santiaguera. Además, la raíz coplera española se revisa con Carlos Cano, un artista inquieto comprometido con el arte y la sociedad.

La raíz celta también está presente gracias a Afrocelt Sound System. Una revisión atrevida que absorbe en su ser los experimentos sonoros del tecno y los ritmos africanos. Una excelente puesta en escena y una sugerente música, que ha servido para ambientar una de las últimas composiciones del gaitero gallego Carlos Núñez en su reciente disco, Os amores libres.

Como curiosidad, la música tradicional mexicana -nada de rancheras ni corridos- de los Brujos de Huejutla suena por primera vez en Madrid gracias a la colaboración de dos pequeñas salas, Suristán y La Boca del Lobo. Allí mostrarán su raíz.

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