Brasil impone su ley
Marcaron Rivaldo y Ronaldo, y Ayala falló un nuevo penalti para Argentina
BRASIL 2 ARGENTINA 1Brasil sólo necesitó jugar con su peso específico, individualidades incluidas, para eliminar a Argentina y clasificarse para las semifinales contra México. Primero, desperdició 25 minutos con miedo al rival y luego impuso su ley. En la teórica final anticipada, en uno de los grandes partidos para ver en el fútbol mundial, no hubo sorpresas. Argentina volvió a fallar un penalti decisivo, cuando ya perdía merecidamente por 2-1. Y esta vez no lo tiró Palermo, que erró tres contra Colombia, sino Ayala. No es que los argentinos sean jugadores de calidad inferior, ni que el bloque sea despreciable, por más que en la nueva etapa de Marcelo Bielsa como seleccionador, el equipo haya dado más disgustos que alegrías. Pero a primera vista, entre Ronaldo y Martín Palermo, Rivaldo y Riquelme, o Cafú y Pochettino, por poner sólo tres ejemplos (sobre todo, el primero y el último), parecía que apostar por Brasil no era descabellado.
Brasil: Dida; Cafú, J
Carlos, A.Carlos , R.Carlos; Emerson, Flavio Conceiçao, Rivaldo, Zé Roberto (Beto m.72); Amoroso (Christian m. 80) y Ronaldo. Argentina: Burgos; Pochettino, Ayala, Samuel, Sorin (Gustavo López m.70); Zanetti, Simeone (Cagna m.70), Riquelme, Ortega, Kily González; Martín Palermo. Goles: 0-1. M.11. Tiro de Sorin que desvía J oao Carlos. 1-1. M.32. Rivaldo, de falta. 2-1. M.48 Tiro raso de Ronaldo.Árbitro: Méndez (Uruguay). Amonestó a los brasileños Ronaldo, Zé Roberto y R.Carlos y a los argentinos Simeone, Burgos, Ortega y Palermo. Unas 25.000 personas, lleno absoluto, en el campo de Ciudad del Este.
La historia particular entre los dos ilustres rivales, en cambio, ha sido ya suficientemente significativa para decir lo contrario. Argentina no le va nada bien a Brasil, aunque éste sea más grande en títulos. De los 29 enfrentamientos comunes anteriores, los brasileños sólo habían ganado en siete ocasiones, menos de la mitad que sus rivales, 15, más siete empates.
Por eso, los comienzos del partido fueron elocuentes. Brasil evidenció un miedo casi sorprendente para su nivel. Todo su juego se dedicó a intentar parar a Argentina sin dar la sensación de querer mandar en el campo. Una especie de complejo de inferioridad histórico, aunque sin justificación futbolística aparente. Y aunque las precauciones en fútbol, como en todo, no son malas, lo peor es perder la personalidad e ir a remolque. Así, a los 11 minutos, Brasil encajó el gol....de un defensa. Tanto ocuparse de Riquelme por parte de Flavio o Emerson en el centro del campo y el lateral Sorin llegó solo para tirar cerca del borde del área.
Argentina, de un plumazo, demostró que el fútbol es mucho más simple de lo que muchos técnicos se empeñan en convertir. Pero Brasil, con el gol en contra, no tuvo más remedio que tomar las riendas del partido. Y lo hizo. Y Rivaldo sacó para el empate una de sus faltas magistrales. La forzó Cafú, que cayó en el peligroso centro del área tras una brillante jugada. Fue el principio del fin. Brasil se dio perfecta cuenta que tenía fútbol sobrado para imponerse y nada más empezar la segunda parte le bastó otra genialidad para sentenciar. Tras una incursión de Emerson, Zé Roberto se apartó para la llegada de Ronaldo, que lanzó un perfecto tiro raso junto al poste.
Después, poco más, aunque apretó Argentina, especialmente al final. Pero, curiosamente, Brasil ya no jugó encogido. La realidad la puso Riquelme, que a diferencia de Rivaldo no aprovechó dos faltas idénticas. Hasta Dida, rompiendo la mala fama de los porteros brasileños, hizo un paradón en el penalti a Ayala. Era la última oportunidad tras el ingenuo empujón de Beto a Kili González.Pero Brasil ya había cambiado el rumbo del partido. Era suyo.
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