La desaparición de un capitán de industria
Con Pere Duran Farell desaparece uno de aquellos "capitanes de industria" españoles de los que habló el historiador Jaume Vicens Vives en una recordada conferencia en el Círculo de Economía de Barcelona a finales del año 1958, en un momento histórico en el que se estaba preparando lo que unos meses más tarde constituiría el programa de estabilización y liberación de la economía española de 1959. En aquella conferencia, Vicens Vives llamaba a una serie de jóvenes empresarios y universitarios catalanes que habían decidido fundar el Círculo a desarrollar el papel económico, social y empresarial innovador que sus antepasados habían desarrollado en la segunda mitad del siglo pasado. De hecho, la trayectoría empresarial y vital de Duran Farell responde muy bien al perfil de los "industriales y políticos" que el mismo Vicens Vives ha dibujado de los emprendedores catalanes del XIX. Como empresario, Duran ha sido una persona innovadora, capaz de entrever nuevas oportunidades y apostar por ellas. Ha estado vinculado tanto a los viejos sectores industriales que, como La Maquinista, hicieron de Barcelona la primera fábrica industrial, como a las nuevas actividades económicas relacionadas con las tecnologías y los servicios, en las que sobresale su papel en la introducción y desarrollo del gas en España -con Catalana de Gas- y la posterior creación de Gas Natural. Como empresario, Pere Duran tuvo también un papel innovador importante en el desarrollo de las relaciones laborales en España. Es recordada aún hoy su intervención en una mesa redonda empresarial celebrada en el Círculo de Economía a finales de los años sesenta, cuando recomendó a los empresarios que pactaran con los sindicatos, en aquel momento clandestinos, y señaló que él, como presidente de La Maquinista, lo había hecho ya con Comisiones Obreras. Esa iniciativa, que constituía una legalización de hecho de los sindicatos clandestinos, molestó sobremanera a Laureano López Rodó, comisario del Plan de Desarrollo, presente también en la sala, que se levantó y abandonó el acto. Pero es una muestra del coraje social y político y del oportunismo bien entendido que practicó Duran Farell en esta y otras facetas de su vida como empresario. No se dedicó a la política, pero ha sabido como nadie moverse en la frontera que separa la política activa de la vida empresarial, ejerciendo una influencia significativa en algunos sucesos económicos, sociales y políticos de España en esta última mitad del siglo XX. Con un estilo muy propio que combinaba la discreción, la convicción y el pactismo, Duran Farell también ha sabido tender puentes entre el mundo empresarial y el mundo político, especialmente en las fases de transición política. Fue importante su papel en la transición de Adolfo Suárez, y lo fue aún más con la organización de encuentros con Felipe Gonzalez y Manuel Fraga en su casa de Premià. Esa misma capacidad para moverse con eficacia y discreción en la frontera entre la política y la empresa le sirvió a Pere Duran Farell para urdir importantes operaciones empresariales entre el sector privado y el sector público, de la que Gas Natural es la mejor y última manifestación. Los historiadores liberales probablemente dirán que Duran representa al viejo proteccionismo industrial catalán. Pero Duran Farell sabía que aunque el capital no tiene patria, las empresas sí la tienen, y que la constitución de grandes empresas nacionales con proyección internacional necesita, en ocasiones, del matrimonio inteligente entre sector público y privado. Otra faceta importante de su personalidad ha sido su actividad social. Ya fuese a título personal o al frente de la Fundación de Gas Natural, en los últimos años había emprendido una importante labor social y cultural en América Latina y en el norte de África que reflejan, de otra forma, su espíritu emprendedor y comprometido. En este día en que inesperadamente nos ha dejado podemos recordarle como una persona que ha ejercido con responsabilidad, habilidad y coraje la responsabilidad empresarial, social y política que se espera de las élites económicas, es decir, de los capitanes de industria.
Antón Costas es catedrático de Política económica.
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