De Río a Buenos Aires huele a clásico

El retumbar de los corazones futboleros anticipa el carnaval carioca de Río de Janeiro y la murga de Buenos Aires, que se oye como música de fondo por todo el cono sur de América en las horas previas a un Argentina-Brasil (cuartos de final de la Copa América, 23.45, hora española, TVE-1). Nada, no hay nada que hacer, se miran películas o cualquier cosa que ponga la televisión, pero la angustia creciente de la espera descontrola el cuerpo. Los pies cobran vida, bailan, rematan, se ven llegar imaginarios balones que los aficionados bajan con el pecho y colocan en ángulos distantes, imposibles. Al campo entran sólo 11 por equipo, pero todos juegan en un Argentina-Brasil. Entre los dos países han conquistado 6 Copas del Mundo -cuatro Brasil y dos Argentina- y más de 20 Copas de América -14 Argentina y 6 Brasil-. Los clubes brasileños y argentinos dominan en la conquista de las copas regionales e intercontinentales. La historia ha convertido en clásico el duelo entre ellos. El éxodo permanente de jugadores y la crisis económica desangraron al tercero en disputa, Uruguay. Los partidos de Brasil o Argentina contra Uruguay son apenas un aperitivo del clásico mayor.

Los más cotizados

Si se consideran sólo dos de los últimos traspasos, el del delantero brasileño Amoroso al Parma y el del defensa argentino Walter Samuel al Roma, hoy habrá en el campo más de 50 millones de dólares en jugadores. ¿A cuánto ascendería el total si se les sumara la cotización de Rivaldo, Ronaldo, Roberto Carlos, Simeone, Zanetti, Riquelme o Palermo? Y sin contar la ausencia de las principales figuras de Argentina, como los delanteros Batistuta, Crespo y Piojo López, el media punta Verón, el centrocampista Almeyda y el defensa Sensini, todos los acusados por la prensa deportiva argentina de borrarse de la Copa América con la excusa de que estaban cansados después de terminar la temporada en las Ligas europeas. Hoy llega mejor al partido Brasil, que mantiene a Rivaldo en su mejor forma y ha recuperado a Ronaldo. El fisioterapeuta Nilton Petrone asegura: "Ronaldo maduró como hombre y como futbolista, y este año estará inclusive en mejor condición que en 1996 y 1997". El entrenador Wanderley Luxemburgo reemplazará al volante ofensivo Alex por otro que ofrece mayor contención en la mitad del campo, Ze Roberto. El equipo brasileño seguramente formará con el portero Dida, el lateral derecho Cafú, los centrales Antonio Carlos y João Carlos, el lateral izquierdo Roberto Carlos; los centrocampistas Emerson, Flavio Conceição y Ze Roberto; con Rivaldo en la media punta; y Ronaldo y Amoroso, arriba.

Argentina podrá contar por fin con el Burrito Ortega, que debió cumplir los tres partidos de suspensión tras el cabezazo que le dio al portero de Holanda en el último partido que Argentina disputó en la pasada Copa del Mundo. Ortega seguramente reemplazará al extremo Guillermo Barros Schelotto, y también volverá al equipo Javier Zanetti, el lateral del Inter, probablemente sustituyendo a Diego Cagna.

El entrenador Marcelo Bielsa, que llegó al cargo con el apoyo unánime de la prensa argentina, debe soportar ya las primeras criticas después que aceptara dejar fuera de la plantilla a los "extranjeros cansados" y de que el equipo volviera a pasar todo un papelón con Colombia, cuando el delantero Martín Palermo falló tres penaltis y Argentina perdió por 3-0.

Llega mejor Brasil. Es un equipo hecho, armado sobre una base que permanece desde casi dos años, respetuoso con el estilo y la historia del fútbol brasileño. Llega mejor Brasil, que ganó los tres partidos de su grupo y tiene, además, jugadores de recambio con condiciones similares a las de los titulares. Llega mejor Brasil, pues incluso Roberto Carlos y Ronaldo, enemistados desde hace un año, se han reconciliado antes de afrontar un partido que a Rivaldo le recuerda un Barça-Madrid. Llega mejor Brasil, pero ¿no llegaba mejor Brasil cuando Argentina le derrotó el año pasado en el estadio Maracaná por 0-1 con un inolvidable gol de Piojo López? ¿No llegaba mejor Brasil cuando Argentina le eliminó de la Copa del Mundo de 1990, tras una jugada de Maradona que Caniggia convirtió en gol después de eludir al portero? Casi siempre llega mejor Brasil. Pero nadie mejor que los jugadores y aficionados brasileños saben que eso no basta. Para ser campeón en los torneos grandes, Brasil tiene que ganar a Argentina. Y eso es lo que hace de este partido un clásico distinto a todos. ¿Acaso no sienten el retumbar de los parches de los corazones desde Río a Buenos Aires?