La guerrilla del ELK empieza a asumir labores de policía

"Somos una fuerza de policía. Patrullamos 24 horas al día". Son palabras de un comandante del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) en la ciudad de Prizren, al suroeste de Kosovo. La guerrilla separatista albanesa está aprovechando el vacío de poder que ha provocado el retraso de las autoridades civiles de la ONU, y ha comenzado a establecer una policía propia y una administración municipal independiente. En ciudades como Prizren, al suroeste de Kosovo, la situación llega más lejos: allí, el prefecto nombrado por el líder de la guerrilla albanokosovar, Hashim Thaçi, ha designado a los directores de varias empresas públicas. "Cuando se fueron los serbios, el ELK tomó el control y me nombró responsable", afirmó ayer el director general del hospital y de los dispensarios de Prizren.

Algunos prefectos nombrados por la guerrilla en otras zonas de la provincia serbia han llegado a presentarse como la autoridad local ante los mandos de la OTAN. Esto sucedió la semana pasada en Pec. Las tropas de la brigada italo-española lo despidieron cortésmente. La Alianza no contempla otra administración que la designada por las Naciones Unidas.

Sin embargo, esta autoridad civil tarda en llegar: la persona designada para este cargo por las Naciones Unidas, el francés Bernard Kouchner, declaró el lunes pasado en París que tiene la intención de ocupar sus funciones en Pristina a partir del "lunes o el martes" próximo. Su principal objetivo, según dijo, es afianzar la seguridad, como "primer paso hacia la reconciliación entre serbios y albaneses".

Pero, por el momento, en Kosovo sólo hay una docena de policías occidentales que se están encargando de misiones de evaluación, y los guerrilleros del ELK quieren participar en esa futura fuerza de seguridad. "Da igual que hayamos entregado las armas. Dentro de poco entraremos en la policía de la ONU y nos rearmarán", afirma orgulloso el comandante del ELK en la región de Drenica.