El líder de la oposición yugoslava exige un referéndum sobre la continuidad de Milosevic
El líder del Partido Demócrata, Zoran Djindjic, pidió ayer la realización de un referéndum sobre la permanencia en el poder del presidente yugoslavo Slobodan Milosevic. Djinjic se presentó ayer por sorpresa en Kosovo para capitalizar el descontento provocado por la capitulación de Belgrado ante la OTAN, cuyas verdaderas dimensiones sólo ahora empiezan a percibirse en Serbia. La visita resultó accidentada, pues un centenar de seguidores de Milosevic insultaron e intentaron agredir a los dirigentes de la oposición. Por la tarde, Djindjic acudió a una manifestación antigubernamental en Prokuplje, al sur de Serbia.
La delegación llegó en un autobús escoltado por dos blindados británicos de la Kfor al monasterio de Gracanica, en la histórica localidad de Kosovo Polje, donde los serbios perdieron su independencia frente al imperio otomano hace seis siglos. Djindjic se reunió en su interior con el pope Artemio, metropolitano (obispo) de la ciudad kosovar de Prizren, y el coordinador de la plataforma opositora Alianza por el Cambio, Vladan Batic. Un comunicado conjunto expresaba la "profunda preocupación por la situación de los serbios de Kosovo y Metohija", como denominan los serbios a la franja occidental de la provincia. Según la iglesia ortodoxa, más de 130.000 de los 200.000 serbios que vivían en Kosovo han huido a Serbia y Montenegro por temor a las represalias de los albanokosovares. No obstante, la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Refugiados, Sadako Ogata, redujo esta cifra a 75.000 durante su visita a Pec, el pasado lunes. En el mismo comunicado se condenaban "los crímenes cometidos contra la población civil, al margen de que sean responsabilidad de Belgrado o de los albaneses extremistas", en alusión a la guerrilla del ELK, y se pedía "la urgente transformación democrática de Serbia" para garantizar su integración en Europa.
Al término de la reunión -en la que participaron también el alcalde de la ciudad serbia de Nis, Zoran Zivkovic, y un representante de los serbios de Kosovo, Moncilo Trajkovic- los manifestantes, que ya habían abucheado e insultado a Djindijc a su llegada, calificándole de traidor, la emprendieron a empujones y patadas con los periodistas e intentaron golpear con palos a los políticos de la oposición a su salida del monasterio, lo que fue impedido por los militares británicos. "Tú no estabas aquí durante los bombardeos. ¡Lárgate!", le gritaban. Djindijc, que regresó a Belgrado a principios de esta semana desde su exilio en Montegro, se defendió alegando que tuvo que marcharse debido a que su seguridad personal estaba amenazada por el régimen de Milosevic.
La delegación se dirigió a continuación a Pristina, donde fue recibida por el brasileño Vieira de Mello, representante especial para Kosovo del secretario general de la ONU, Kofi Annan, y por el presidente de turno de la OSCE (Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa), el ministro noruego de Asuntos Exteriores, Knut Vollebaek.
Por la tarde, Djindjic acudió a la manifestación convocada por la oposición serbia en la localidad serbia de Prokuplje, situada 250 kilómetros al sur de Belgrado. "Nos hace falta este año un verdadero referéndum democrático sobre la dimisión de Milosevic; por Milosevic o por Serbia" dijo ante unos 4.000 manifestantes. Poco antes habían sonado disparos procedentes de la sede del partido de Milosevic.
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