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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Los maestros y Pezzi

Las reivindicaciones de los maestros no son económicas señor Pezzi, no interprete la intención de la manifestación del día 29 de junio como a usted le convenga.- Ángeles García Reina y 12 firmas más.

Durante los últimos días

el profesorado andaluz está llevando a cabo distintas movilizaciones en protesta por la reconversión encubierta que se ha realizado desde la Consejería de Educación y Ciencia. ¿Pero, qué ha pasado? Pues que de buenas a primeras en uno de los despachos se han encontrado un modelo teórico de plantillas y han pensando que estaba muy bien hecho para terminar de implantar la LOGSE. A partir de ahora, en todos los colegios andaluces vamos a contar con más especialistas de la cuenta, claro que esto va a obligar a que algunos maestros de primaria, para conservar su puesto de trabajo, o bien hagan una especialidad o se hacen del equipo directivo, que parece que van a ser Los Intocables. Creo, y gran parte del profesorado también, que las personas que han elaborado esas plantillas no tienen ni idea de cómo funcionan las escuelas. ¿Qué tutorías van a coger los especialistas? ¿Imagináis que en un aula desde primero a sexto van a estar entrando y saliendo maestras y maestros en cada hora? ¿Cómo van a cubrirse las ausencias del profesorado?, ¿es que acaso la Administración va a mandar un sustituto en cuanto se produzca una baja? ¿Qué pasa con los apoyos didácticos? ¿Quién va a ayudar al alumnado que necesita una atención más individualizada en algunas materias si vamos a ir corriendo de una clase a otra? No podemos consentir que se ahorre sólo en profesorado. Si queremos que la escuela pública vaya a mejor, hagámoslo, pero no cambiando dos por uno, sino creando las plazas de especialistas que las escuelas necesiten. El profesorado está un poco harto de que no se cuente con nosotros para nada, que nadie nos pregunte qué es lo mejor para la escuela, y esperamos ser capaz de demostrarlo y si este proceso de desplazamientos no se paraliza, habrá un otoño calentito en la Enseñanza.-

Reforma educativa: ¿engaño o desengaño?

Expondré parte de la realidad que vivimos con el nuevo modelo educativo en los institutos de Secundaria: - La obligatoriedad de la enseñanza hasta los 16 años ha introducido en las aulas un grave problema que obstaculiza el desarrollo normal de una clase. Se trata de la presencia de un número de alumnos, cada vez mayor, inmersos en un profundo desinterés por aprender. Estos alumnos, y los que acaban siendo víctimas de su influencia, no pueden alcanzar unos mínimos conocimientos. La Administración los oculta pasándolos una y otra vez de curso aunque no hayan aprobado ninguna asignatura. La Administración vende a la sociedad una enseñanza personalizada. Permítanme algunos cálculos: supongamos que atendamos a cada uno de nuestros alumnos unos 10 minutos semanales. No es mucho para todo lo que nos pide la Administración: analizar sus dificultades, impartir unos niveles distintos para cada uno, según su preparación anterior y su capacidad, y evaluarlo con todo detalle. Como los profesores de Secundaria tenemos una media de unos 150 alumnos (algunos llegan hasta 300 según las asignaturas), ya nos saldrían unas 25 horas de trabajo semanal, sumémosle las 18 horas de clase, y otras, digamos sólo siete horas semanales de atención a padres, preparación de clases, trámites administrativos, guardias, etcétera. Trabajaríamos 50 horas semanales. Digámoslo de otra manera, con una jornada laboral de 35 horas semanales, podríamos disponer de tan sólo de cuatro minutos por alumno a la semana. Antes educaban los padres, ahora todos tratan de dejarnos la educación a nosotros, aunque sin darnos la autoridad suficiente. Reflexionemos: tenemos 30 alumnos para educar en cada tutoría, y sólo los vemos entre tres y cuatro horas semanales, nueve meses de un año, ¿quién puede educarles mejor: nosotros o sus padres que los tienen de uno en uno más horas, días, meses y años que nosotros? Pero, además, si lo intentas los propios padres pueden desautorizarte cuestionando tu idoneidad y profesionalidad. - Después llega el Bachillerato. En dos años hay que hacer el milagro de alcanzar el nivel que exige la Universidad y al que no quiere renunciar, los temarios de Selectividad siguen siendo los de COU cuando disponíamos de alumnos seleccionados durante cuatro años. Ahora hay que conseguir lo mismo en dos años, con menos horas a la semana de clase en la mayoría de las asignaturas y con una preparación anterior claramente inferior. Existen otros sistemas educativos alternativos, pero éste era más barato. Por ejemplo, se puede tener una estructura más común hasta los 14 años, para ofrecer después distintas vías aunque obligatorias hasta los 16 años: o bien una Formación Profesional con expectativas de trabajar a partir de los 16, o bien dos años de una auténtica educación secundaria de preparación al Bachillerato. Todos esperamos, por el bien de nuestra juventud, una pronta contrareforma, y ojalá que los docentes empecemos a demandarla públicamente.-

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