Nuevo clima en Argelia
La promesa del recientemente elegido presidente de Argelia, Abdelaziz Buteflika, de conceder hoy, 37º aniversario de su independencia de Francia, la amnistía a los más de 20.000 prisioneros por delitos políticos y actividad terrorista es un paso positivo. (. . .) Como parte de su intento por crear una nueva "concordia civil", Buteflika ha prometido ayuda estatal para las 100.000 víctimas que se ha cobrado el fundamentalismo islámico desde 1992. A través del referéndum que tendrá lugar este año busca además el apoyo a su "proceso de cicatrización". Con ello espera aislar aún más a movimientos violentos como el Grupo Islámico Armado (GIA), oficialmente responsable de la masacre de Relizane de 1997. Por su parte, el Frente Islámico de Salvación (FIS) ha ofrecido un alto el fuego permanente y aceptado el referéndum, para el que predice un "rotundo y masivo sí". (...)
La elección de Buteflika en abril no se produjo en condiciones favorables, boicoteado y acusado de ser otro títere del Ejército, que sigue siendo el poder esencial y que, de hecho, apoyó su candidatura. Las condiciones de vida en Argelia siguen siendo desesperadas para muchos, con una tasa de desempleo del 20%, un alto índice de analfabetismo, escasez de inversiones en el sector privado y una continua falta de libertad política. La oposición afirma que acabar con la guerra no es suficiente, que un sistema injusto que depende de la violencia debe cambiar. Con todo, y tras tantos años estériles de sangriento enfrentamiento, haber llegado hasta aquí es, para Buteflika, un avance considerable.
5 de julio
