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Los islamistas rechazan el pacto de Pakistán con Clinton sobre Cachemira

Tras la rápida visita del primer ministro de Pakistán, Nawaz Sharif, a Washington, para entrevistarse con Bill Clinton, la Administración norteamericana confía en que cesen las hostilidades entre India y Pakistán y se reanuden las negociaciones sobre Cachemira. Pero desde Pakistán llegaban ayer noticias inquietantes. Los militantes islámicos se negaban a aceptar el compromiso de retirada asumido por Sharif, a quien la oposición acusa de traidor y quiere derribar.

Después de la reunión de tres horas del domingo, fuentes de la Casa Blanca transmitieron su impresión de que "ahora se producirá una retirada de las fuerzas islamistas propaquistaníes". A pesar de que Pakistán niega vehementemente que haya enviado soldados al otro lado de la frontera o que apoye militarmente a los islamistas que llevan meses en las montañas de la zona india de Cachemira, Washington asume que su control de los llamados militantes es completo. EEUU ha manifestado que no va a mediar, pero dado que tanto India como Pakistán son potencias nucleares, la Casa Blanca trata de neutralizar la escalada bélica. El primer ministro indio, Atal Behari Vajpajee, estuvo informado en todo momento del encuentro de Washington. De hecho, Clinton interrumpió la reunión con Sharif para llamarle, y, cuando hubo finalizado, su consejero de Seguridad, Sandy Berger, también habló detenidamente con Vajpayee.

No está claro el margen de maniobra que va a tener Sharif para explicar a las Fuerzas Armadas paquistaníes y a su opinión pública el acuerdo alcanzado con Clinton. Consciente de estas posibles dificultades, una fuente estadounidense cree que el primer ministro "tendrá que tomar decisiones sobre cómo poner en práctica los compromisos incluidos en el documento ".

Los militantes reaccionaron con virulencia al plan de Sharif. "Pakistán puede retirarse, pero los muyahidin [combatientes] no se retirarán", declaró a Reuters un destacado islamista. "Pakistán no debería hablar en nombre de los muyahidin porque esas montañas no están en manos del Ejército o del Gobierno paquistaní, sino en nuestras manos".

El principal partido de la oposición islámica anunció que a partir de ahora buscará derribar a Sharif y que la campaña empezará hoy con una huelga general indefinida.

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