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El líder unionista advierte de que el plan de Blair permite al IRA vetar el proceso de paz

El líder unionista David Trimble criticó ayer la propuesta angloirlandesa que garantiza la "suspensión" de las instituciones norirlandesas si el Ejército Republicano Irlandés (IRA) u otros grupos incumplen el proceso del desarme. La claúsula, según Trimble, abre una vía para que los grupos armados hagan caer el proyecto autonómico del Ulster. "¿Por qué vamos a dar el veto a los paramilitares?", preguntó en el Parlamento de Westminster. Mientras, los orangistas de Portadown desfilaban sin incidentes ante la ermita de Drumcree, en protesta por el veto a su marcha del día anterior.

Con diez días de plazo para la formación del Ejecutivo de Belfast, compartido entre unionistas, nacionalistas y republicanos, el primer ministro Tony Blair intentó atraerse al apoyo de Trimble profundizando en el contenido de la nueva fórmula. Equiparó "suspensión" con el inicio de un "periodo de revisión" que permitirá al resto de los partidos "tomar un camino diferente", lo que puede entenderse como que el Sinn Fein podría quedar fuera del Gobierno del Ulster. Los informes periódicos de la Comisión Independiente del Desarme permitirán juzgar si el IRA cumple con el calendario previsto para el desarme. El proceso comienza cuando la banda republicana notifique su "intención" de desarmarse que, de acuerdo con el general John de Chastelein, presidente de la comisión, podría producirse a los pocos días de la formación del autogobierno. La notificación debe incluir un "compromiso claro" de que el desarme concluirá el 22 de mayo del 2000, de acuerdo a unas modalidades en cuanto a cantidades, plazos y localizaciones que se estudiarán entre la organización armada y la propia comisión. "Tenemos la garantía del desarme completo y la salvaguarda protege los intereses unionistas" reiteró Blair.

La propuesta Blair-Ahern recurre a nueva legislación, aún por definir con exactitud, para afianzar el mecanismo de salvaguarda y evitar la entrada en los órganos de poder de todas las formaciones que incumplan cualquier aspecto del acuerdo. Blair prometió ayer atender las quejas unionistas en este aspecto suscitando con ello recelo entre la comunidad republicana. El Sinn Fein respalda la nueva fórmula, pero advirtió ayer que no aceptará ningún desvío de los compromisos adquiridos en el Acuerdo de Viernes Santo de 1998.

Mientras, los orangistas de Portadown desfilaron por la tarde en torno a la ermita de Drumcree en protesta por el veto oficial a su marcha del día anterior por el tramo católico de Gravaghy. Las fuerzas de seguridad se mantuvieron en sus posiciones, levantando incluso nuevas alambradas, para evitar enfrentamientos entre ambas comunidades.

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