_
_
_
_

Reconciliación sin verdad

Juan Carlos Sanz

El Salón del Libro, una modesta muestra editorial instalada en la Biblioteca Nacional de Argel, era ayer una isla de calma en medio de una ciudad sembrada de controles policiales. "Buteflika no está impulsando la reconciliación en Argelia, sólo se aprovecha de los resultados del alto el fuego que los militares firmaron con la guerrilla del FIS [Frente islámico de Salvación] en octubre de 1997", sentenciaba la periodista y escritora Baya Gacemi, de 47 años, mientras se disponía a celebrar la publicación de su libro Yo, Nadia, la mujer de un emir del GIA , que acaba de salir a la venta en Argelia, casi un año después de que fuera editado en Francia y en España. Gacemi, como muchos otros intelectuales argelinos que pasaron de enfrentarse de la intolerancia de los islamistas, a finales de los años ochenta, a denunciar los abusos de un régimen de base militar durante los últimos siete años, sostiene que no puede haber reconciliación sin verdad. "Tiene que crearse una Comisión de la Verdad, como en Suráfrica, para que los argelinos asuman la reconciliación, para saber quién hizo qué, fuera miembro del Ejército o de las guerrillas; sólo entonces tendrá sentido el perdón", argumenta la escritora y ex periodista de la revista La Nation y del diario La Tribune, tras destacar la "oscuridad" con la que se están realizando los cambios políticos en Argelia.

Más información
El presidente argelino concede el indulto a miles de islamistas antes de su debate en el Parlamento

"Buteflika es un megalómano que controla la televisión más aún que en los regímenes de anteriores presidentes como Zerual, que fue quien hizo todo el trabajo de pacificación", insiste la autora de Nadia, en línea con el escepticismo de los intelectuales de Argel, mientras tilda de "demasiado ruido para nada" las medidas de reconciliación nacional del presidente.

"No se entiende por qué va a convocar un referéndum si ya controla las tres cuartas partes del Parlamento", critica Gacemi, "y no vale la pena consultar al pueblo con una pregunta como "¿está usted a favor o en contra de la paz?", pues sólo unos pocos se atreverán a decir que no, mientras la crisis económica y social no acaba de tocar fondo".

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_