Los alumnos protestan y los arquitectos reclaman coordinación

Además del Consejo Económico, la Delegación de Alumnos de la Universidad Miguel Hernández abunda en las críticas al polémico vial. "El ruido que producirá provocará una barrera acústica que perjudicará a las actividades lectivas y deportivas", impartidas en la institución, señalan los representantes de este órgano. El Ayuntamiento asegura que para evitar el posible aislamiento de varios edificios académicos se habilitarán pasarelas, pero los estudiantes consideran que los pasos aéreos o subterráneos harán "incómodos" los desplazamientos entre los edificios, y no frenan los ruídos. A las protestan se ha sumado la alegación suscrita por 10 arquitectos de Elche, que reparte críticas, a partes iguales, entre el Consistorio y la Universidad. La creación de la Miguel Hernández, según el grupo de profesionales, ha carecido de una adecuada "coordinación" entre las distintas administraciones, y no ha tenido un "modelo" de universidad definido, con una ordenación previa que respondiera al tipo de campus que se pretende configurar. "Para materializar el proyecto", sentencian los arquitectos, "han primado más los criterios de oportunidad política, social o económica, y la disponibilidad, en cada momento, de los terrenos, que la redacción de un Plan de Ordenación y su programación en el tiempo". Así, los edificios se han ubicado "sin un criterio ordenador preestablecido". El escrito, encabezado por el vocal del Colegio Territorial de Arquitectos, Rafael Santonja, asegura que "no nos puede extrañar" la aparición de un vial que "apuradamente" logra sortear los edificios. Los técnicos consideran "poco razonable" la justificación de construir la carretera por problemas de tráfico, y proponen como alternativa viales perimetrales intentando minimizar su impacto sobre los huertos de palmeras.