"Desde algunos ámbitos mediáticos y económicos me han minusvalorado"
Después de ocho años, el PSOE regresa a la alcaldía de Sevilla de la mano de un licenciado en Medicina, que se ha curtido en la refriega local en varios municipios, antes de desembarcar en la presidencia de la Diputación de Sevilla. Sánchez Monteseirín (La Rinconada, 1957), aupado por el PA, gobernará la capital andaluza a partir de hoy.Contra el pronóstico generalizado, el candidato socialista sustituirá a partir de hoy a la popular Soledad Becerril en la alcaldía de Sevilla. Un cambio sobre el que no albergó dudas en ningún momento. Pregunta. Debe sentirse muy satisfecho. Respuesta. Me siento muy feliz de cómo hemos conseguido recuperar para las posiciones de progreso una alcaldía tan emblemática como Sevilla. Como militante del PSOE, me siento muy feliz por ello y como ciudadano porque Sevilla necesitaba un cambio para afrontar el nuevo siglo en unas condiciones acordes con su importancia entre las grandes ciudades europeas. Tenía que dar un salto cualitativo y el gobierno de la ciudad tenía que girar hacia el progreso para hacerlo posible. P. ¿Es posible girar hacia ese gobierno de progreso pactando con el PA, que ha apoyado a una formación conservadora durante los últimos ocho años? R. Hemos llegado a un acuerdo programático, lo que significa que hay zonas en nuestros programas compatibles y en gran parte coincidentes. Es verdad que el PA ha formado parte de un gobierno de mayoría conservadora, pero eso le ha hecho daño desde el punto de vista de que las políticas que han llevado a cabo han quedado subsumidas totalmente en un diseño global plenamente conservador. Ahora tiene la oportunidad de subrayar los aspectos de su programa más progresistas y, al igual que ocurre en el Gobierno de la Junta, formar parte de unas propuestas políticas más avanzadas. P. ¿Le han dicho que no a alguna petición andalucista? R. Bueno, ya pasó, ya terminó la negociación. Los partidos han sido los que han llevado el peso del acuerdo político. En cuanto al reparto de tareas no ha habido especiales dificultades. Se ha buscado y se ha trabajado la coincidencia en los contenidos de nuestros programas. Siempre he defendido que lo que Sevilla no necesitaba era un gobierno repartido entre dos fuerzas yuxtapuestas, éste es un gobierno compartido. Se trata de compartir un modelo de futuro para la ciudad, cada cual desde sus propios planteamientos, partiendo de la base de que es un gobierno con un proyecto común. P. ¿Cómo evitará el riesgo de la bicefalia de los últimos años? R. Creo que no será un riesgo. La generosidad del PA y mi carácter personal van a superar ese riesgo. Imposible que ocurra, la gente ha pedido que cambiara esa manera de gobernar. P. ¿El PSOE ha puesto la condición de apartar a Rojas-Marcos del gobierno? R. No. P. ¿Por qué el PA ha pactado con los socialistas, cuando sus demandas también habían sido aceptadas por el PP? R. No sé cómo han sido las negociaciones entre PP y PA. Tengo la percepción política de que, efectivamente, desde el PP se había intentado de alguna manera pasar por encima de los temas relativos a programas e ir directamente a un simple reparto de tareas. Creo que ha sido el grave error: el intentar comprar el apoyo en vez de intentar convencer de la idoneidad de un gobierno, como hemos hecho nosotros. P. ¿Cuándo empezó a fraguarse el acuerdo entre PA y PSOE? R. El miércoles, el PA rompió con el PP y se dirigió a nosotros. Desde entonces se producen los primeros contactos exploratorios y luego ya la negociación. P. ¿Ha participado en las conversaciones? ¿Se ha reunido con Alejandro Rojas-Marcos? R. Nos hemos reunido al final del proceso para dar el visto bueno a lo que previamente habían trabajado los representantes de los dos partidos, aunque hemos estado permanentemente al tanto de cómo se desarrollaban las conversaciones. P. ¿Cómo conciliarán las posturas divergentes de PSOE y PA en algunos temas? R. Hablando y dialogando. Yo soy una persona de consenso. En la Diputación he tenido mayoría absoluta y la gente decía que yo gobernaba como si no tuviese mayoría absoluta. Me gusta formar equipos y contar con la gente, y soy muy partidario del diálogo. Lo que no soporto es la mentira o la traición. P. ¿Cuáles serán los grandes retos de su mandato? R. Incorporar a Sevilla dentro del circuito de las grandes ciudades europeas. Como capital tiene un papel que jugar en la construcción andaluza y es el centro de un área metropolitana con muchísima proyección de futuro. A nivel económico, hay que sacar jugo a todas las condiciones y a nuevos yacimientos de empleo. La autoestima ciudadana en Sevilla no está todavía a la altura de lo que la ciudad merece. Y hay que procurar que el crecimiento económico sea equilibrado, que no se produzca una dualidad social. P. Uno de los grandes retos de la nueva corporación será la revisión del PGOU. ¿No teme que afloren fricciones con sus futuros socios de gobierno? R. Hemos acordado que en este ámbito, como en todos los de importancia, vamos a trabajar codo con codo para evitar que haya posiciones divergentes en temas prioritarios. P. ¿Por qué descartó la posibilidad de un acuerdo a tres bandas, que incluyera a IU? R. Son los resultados los que han establecido que lo imprescindible era un acuerdo entre el PSOE y el PA. Había poco margen. Yo entendí desde el primer momento porque se me dijo antes, durante y después de las elecciones que IU en ningún caso participaría en un gobierno en el que estuviera el PA. P. ¿Cuándo vio la alcaldía al alcance de la mano? R. El mismo 13 de junio por la noche. Personalmente, con muchas condiciones en contra, le había ganado la partida ante la ciudadanía a Soledad Becerril. P. El PP fue la lista más votada. R. Con un margen tan estrecho que hablamos de 2.000 votos. La gente y los dirigentes políticos me felicitaban, mientras que a la candidata del PP casi le daban las condolencias. La gente entendió que el éxito acompañó al PSOE y que lo que se produjo fue un empate técnico. Sabía que el sentido común me hacía a mí el alcalde. P. ¿Cómo digiere el pactar con gente que le ha atacado? R. La crítica o las descalificaciones que se me han querido hacer, no sólo desde otras fuerzas políticas sino también desde ámbitos mediáticos y económicos, ha sido de minusvaloración. Me han minusvalorado, han creído poco en la capacidad política que yo podía tener de representar al PSOE. A mí no me sorprendió el magnífico resultado de las elecciones ni que vaya a ser alcalde. P. ¿Vive el pacto como una revancha? R. No necesito gratificar mi ego, lo tengo suficientemente gratificado con la enorme responsabilidad de ser alcalde de la ciudad más importante del mundo, y de la ciudad con más pasado y más futuro. Lo demás serían mezquindades. P. ¿Había preparado dos discursos? R. Sólo uno.
"El grave error del PP ha sido intentar comprar el apoyo en vez de convencer de la idoneidad de un Gobierno"
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