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CRISIS EN LA COMISIÓN EUROPEA

Bruselas aparta a Bangemann de sus funciones, pero no le denuncia ante el Tribunal de Justicia

La Comisión Europea perdió ayer una oportunidad de oro para despedirse con la cabeza alta y recuperar el prestigio perdido. Cumplió los anuncios de la víspera y decidió apartar a Martin Bangemann de sus funciones como comisario de Asuntos Industriales, Tecnologías de la Información y de las Telecomunicaciones e impedirle que se incorpore a Telefónica hasta que el Consejo de Ministros de la UE haya oficializado su cese. Pero no se atrevió a llevar hasta el final la amenaza que el presidente Jacques Santer había insinuado: llevarle ante el Tribunal de Luxemburgo para que dictamine si su pase a una empresa sobre cuyo sector ha tenido responsabilidad se ajusta al Tratado de Amsterdam. La decisión del comisario de Telecomunicaciones de incorporarse a una empresa del sector (Telefónica) como adjunto al presidente y miembro del consejo de administración está ya legitimada por todos los comisarios, ya que la Comisión es un órgano colegiado. Los comisarios, en una reunión informal, consideraron suficiente la palabra de Bangemann, que les aseguró que, "en el ejercicio de sus funciones en el pasado, no ha habido ningún caso en el que haya intervenido a favor de Telefónica violando las disposiciones del tratado". Les bastó tomar nota "de la declaración del señor Bangemann según la cual no utilizará en sus nuevas funciones informaciones específicas obtenidas durante su mandato, de acuerdo con la obligación de honestidad y de delicadeza previstas en el artículo 213 del tratado".

Actividad limitada

Sin embargo, su intervención supone un varapalo a Telefónica, que fichó a Bangemann como responsable de las relaciones institucionales con los órganos comunitarios, los reguladores nacionales y la competencia. Según la nota difundida ayer por la Comisión, Bangemann no podrá desarrollar una parte importante de esa tarea, ya que se ha comprometido a "abstenerse de toda actividad en las relaciones de la empresa Telefónica con la Comisión o con otras instituciones comunitarias". [A Telefónica no le pareció significativo, "ya que Bangemann advirtió de que no se limitaría a esas tareas, sino que también participaría en el diseño de nuevos proyectos y estrategias", aclaró un portavoz]. No obstante, los comisarios recordaron a su colega que hasta que el Consejo de Ministros de la UE no oficialice su cese no podrá incorporarse a Telefónica. No pudo hacerlo ayer como estaba acordado, pero no tardará. El Consejo de la UE ha acordado tomar por procedimiento escrito la decisión de no sustituirle, un trámite que basta para que cese definitivamente y que puede quedar cerrado en unos pocos días. Mientras tanto, Bangemann, que informó a Santer de su cese el pasado martes -aunque contactó con Telefónica hace un mes y cerró el pacto el pasado viernes-, ha recibido un "permiso" para no ejercer sus funciones, aunque aparentemente se le mantiene el sueldo.

Los comisarios no aparecieron en público, Santer no compareció y Bangemann envió a su portavoz ante la prensa. En privado se oyen críticas a la falta de ética del comisario alemán y al estruendoso silencio del Grupo Liberal, su partido en el Parlamento Europeo. "Tras liderar la campaña por supuesta corrupción, ahora no han dicho ni una palabra contra uno de los suyos", subrayan en el gabinete de un comisario español.

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