Nicolás Muñoz debuta con una película rodada en tres semanas y media

Con un presupuesto de más de 100 millones de pesetas, el cineasta Nicolás Muñoz (Madrid, 1962), hijo del pintor Lucio Muñoz, se ha lanzado a la aventura de dirigir su primer largometraje. El realizador ha dedicado Rewind (Rebobinar) a su padre, fallecido en mayo del año pasado, de quien dice que aprendió "a ser feliz viviendo de una profesión artística". "Yo pretendo hacer lo mismo", afirma Nicolás Muñoz. La película, que se estrenará en 40 cines españoles el próximo día 9, es una comedia de enredo rodada en tres semanas y media, que utiliza como recurso narrativo una cámara de vídeo que permite viajar en el tiempo.

Su personaje principal, Andrés, interpretado por Daniel Guzmán, conoce a Mónica (Paz Gómez) al instalarle él una antena parabólica en su casa, y desde entonces intenta seducirla. Andrés invita a cenar a Mónica, pero ésta llega en compañía de Manu (Enrique Simón), un fanfarrón jugador de tenis que también pretende a la chica. A partir de aquí se suceden situaciones de humor y diversos equívocos. Según Muñoz, quien escribió el guión en equipo con su hermano Rodrigo, el filme refleja el planteamiento que todo ser humano se hace frente al destino. "Cambiar situaciones que se han vivido y de las cuales uno se arrepiente y desea haber vivido de manera diferente es la fantasía de cualquiera de nosotros", afirma el director. La cámara, que se convierte en la protagonista de Rewind, permite a Andrés "revivir" esas situaciones, aunque al final el personaje acaba admitiendo que el destino se escriba solo "y que siga su curso".

El cineasta, quien desde 1980 ha estado vinculado al mundo del cine -ha colaborado con directores como José Luis Borau, Antonio Mercero y Mario Camus, entre otros-, afirma que su obra hace honor al género teatral al utilizar una economía de recursos en el decorado para lograr poner en primer plano la psicología y el carácter de los personajes. El ajustado tiempo de rodaje hizo que éste estuviera precedido de ensayos exhaustivos.

Muñoz dice que en España existe "la vertiente quijotesca de contar", y es esa necesidad lo que le ha llevado a crear su película. Al mismo tiempo, agrega, "la gente lo que quiere es vivir unas emociones, que le cuentes una historia". Muñoz espera que su obra tenga una buena acogida, a juzgar por los pases previos ante público. "En una comedia la reacción del público es exterior y eso me ha permitido medirla".

A juicio del director, esta película rompe con la idea de que se necesitan grandes presupuestos para realizar obras de calidad. "Estoy muy contento de haber conseguido una película que no tiene nada que envidiar a muchas otras", dice.

El filme ha sido en parte financiado por Alta Films, que también se encargará de su distribución. Muñoz señala que abrirse paso entre los canales del cine comercial es una tarea difícil, como lo demuestran los muchos proyectos olvidados en las productoras: "Alta Films ha conseguido acabar con la idea de que a los distribuidores lo único que les interesa del cine es el dinero. El arte y la industria son compatibles".