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Greenspan trata de enfriar la economía americana con una leve subida de tipos

La Reserva Federal aumentó ayer los tipos de interés en Estados Unidos en un cuarto de punto y los situó en el 5%, pero dejó neutro su indicador de inclinación. La decisión del Comité de Mercado Abierto del banco central estadounidense, que se esperaba desde hace varias semanas, tiene como objetivo evitar un repunte de la inflación y pretende evitar un excesivo calentamiento de la economía estadounidense, que sigue su fuerte crecimiento. Wall Street reaccionó con un avance al cierre de la sesión del 1,44%.

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Por una vez no hubo sorpresas. La Reserva Federal (banco central) de EEUU decidió incrementar los tipos de interés oficiales un cuarto de punto, quizá para no tener que volver a tocarlos en los próximos meses. Los fondos federales, que sirven de referencia, quedan ahora en un 5%, aunque los tipos de descuento permanecen intactos en el 4,5%. El organismo se declara "alerta" ante el peligro de un repunte inflacionista dada la situación de la economía norteamericana. Wall Street reaccionó con un fuerte avance. El índice Dow Jones cerró la sesión en 10.970,80 puntos, tras ganar 155,50 (1,44%). La Reserva Federal decidió que los fondos federales (el tipo de interés al que los bancos se prestan dinero) debían subir un cuarto de punto porque "hay que estar especialmente alerta frente a la aparición potencial de fuerzas inflacionistas que pueden socavar el crecimiento de la economía". En el ultimo semestre del año pasado, el banco central había optado por rebajar los tipos de interés desde el 5,5% en que se encontraban en marzo de 1997 al 4,75%.

Los bancos se preparaban para ajustar de inmediato sus tipos de interés a los nuevos parámetros. Las principales entidades anunciaron su disposición a cambiar del 7,75% al 8% el interés de los créditos que conceden para las operaciones financieras más habituales.

En contra de lo previsto, la Reserva Federal anunció que su directiva política pasaba a la "fase neutral", lo que anticipa una inclinación a no adoptar más subidas en el futuro inmediato. Sin embargo, una subida tan tímida de los tipos de interés no disipa los temores de Greenspan a un crecimiento desorbitado de la economía norteamericana porque los indicadores llueven sobre mojado.

Medida preventiva

La decisión adoptada por el banco que preside Greenspan tiene un carácter preventivo, ya que por el momento no hay apenas signos de una escalada inflacionista en Estados Unidos, donde en tasa interanual el índice de precios al consumo (IPC) se encuentra en el 2,1%. El presidente de la Reserva Federal ha reiterado su preocupación por el incremento desmedido del consumo, con un porcentaje históricamente bajo de desempleo. Las cifras del paro en junio van a intranquilizarle aún más, porque se espera un crecimiento del empleo cercano a los 220.000 puestos de trabajo. Y esto ocurre en un mercado laboral en el que ahora mismo sólo hay un 4,2% de desempleo, la cifra más baja de los últimos 29 años.

Si la cifra de desempleo se confirma, Greenspan tendrá sobre su mesa la primera razón para ir pensando en más subidas de tipos en los próximos meses. Ha dado suficientes indicios de que sólo con más y mayores subidas de la adoptada ayer se puede enfriar ligeramente una economía que sigue creciendo sin provocar, por ahora, un incremento de los precios. Con el constante incremento del consumo privado (de nuevo un 0,6% en mayo), la Reserva Federal teme que esa subida del IPC no llegue paulatinamente, sino en forma de explosión de precios.

Dos sectores que proporcionan pautas de comportamiento económico ofrecen ahora datos contradictorios. Aunque la venta de coches nuevos sigue batiendo marcas históricas, la compra de casas ha cambiado de sentido en el último mes, con un descenso del 3,3%. Puede ser la primera pista de que Greenspan tiene razón en sus temores ante un crecimiento sin límites.

El presidente de la Reserva Federal ha dicho en varias ocasiones que el indicador económico que más significado tiene para él es el que aquí se llama "confianza del consumidor", elaborado por un organismo privado de Nueva York llamado Conference Board. Ese índice llegó en mayo a su mayor nivel de los últimos 30 años, es decir, anticipa un enfriamiento muy lento de la economía, si es que se produce con una modesta subida de tipos como la de ayer.

  Ken Goldstein, economista en esta institución, aseguró que el mercado espera más subidas de tipos en EEUU antes de que termine el verano. Según Goldstein, el recorte actual "no busca efectos inmediatos, sino un ajuste que va a durar 18 meses", de forma que la economía esté más equilibrada cuando lleguen las próximas elecciones presidenciales. Los analistas del Conference Board también adelantan un enfriamiento de la actividad en Wall Street, en donde ahora, "en vez de invertir se juega como en un casino".

La reacción de la Bolsa tampoco provocó sorpresa: recuperó en pocos segundos los 32 puntos que perdía y llegó a ganar 155. En todo caso, con la subida, la Reserva Federal no oculta su otro objetivo, tratar de moderar el optimismo de los inversores. En los dos primeros días de esta semana, el índice Dow Jones había ganado ya 200 puntos, que se suman a la ganancia de un 18% en lo que va de año.

La de ayer es la primera subida de tipos de interés en Estados Unidos desde marzo de 1997, cuando quedaron en el 5,5%. Un año y medio después, rodeado por una crisis financiera mundial, Alan Greenspan comenzó un descenso en tres escalones, de un cuarto de punto cada uno. En la próxima reunión de la Reserva Federal, el 24 de agosto, se puede subir el segundo escalón de aquellos tres que se bajaron.

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