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El francotirador de Bilbao intentó matar al agente que le custodiaba

Angel Raposo Virtus, el francotirador que en la madrugada del pasado jueves se asomó a la ventana de su domicilio en Bilbao y disparó contra un peatón, volvió a actuar pocas horas después a la desesperada: arrebató el arma reglamentaria al ertzaina que le custodiaba y le disparó varias veces. Lo que Angel Raposo no esperaba es que la pistola estuviera descargada. "Le hubiera matado", han asegurado fuentes de la Policía autónoma. Ocurrió en la noche del viernes. El joven de 30 años, que había mantenido a la Ertzaintza en jaque desde las dos de la madruga del jueves hasta las 11.10 del mismo día, se encontraba arrestado en los calabozos de la comisaría de la policía autónoma en Deusto, donde había sido trasladado. En un momento determinado, pidió ir a los servicios, situados en el mismo pasillo de las celdas. Fue entonces, según las fuentes de la Policía vasca informantes, cuando aprovechó para realizar su plan. Empujó al ertzaina, le arrojó al suelo y forcejeó con él hasta que consiguió quitarle el arma reglamentaria. Apretó el gatillo y efectuó varios disparos contra el agente, pero el arma estaba descargada y el incidente se quedó en un simple sobresalto. Fueron unos segundos en el que los cuatro ertzainas que se encontraban allí se temieron lo peor. 60 perdigones El francotirador había herido horas antes a un transportista de 43 años que regresaba a su vivienda de Uribarri a las dos de la madrugada. De repente, un hombre al que hasta entonces nunca había visto, según ha señalado la víctima, descargó sobre él más de 60 perdigones. Por esta acción, el Juzgado de de Instrucción número 3 de Bilbao, de guardia el sábado, ha imputado a Raposo un presunto delito de intento de homicidio. El detenido declaró ante el juez durante una hora y media. Después, el juez ordenó que fuera examinado por un médico para determinar si el acusado debe ingresar en prisión o en un cento psiquiátrico. Raposo se encuentra desde entonces en la unidad de urgencias de Psiquiatría del hospital de Basurto. En un principio, se pensó que permanecería en el dispensario médico de Jado, en el centro de Bilbao, donde hay varias dependencias para presos, pero la falta de espacio obligó a que fuera trasladado a Basurto. Todavía se desconocen las causas que llevaron al francotirador a asomarse al segundo piso de su vivienda y disparar con una escopeta de caza, una Franchi automática del calibre 12. En un primer momento, la Ertzaintza barajó la posibilidad de que sufriera una depresión amorosa. Su familia resaltó que hace tiempo sufrió una paliza que le ha dejado secuelas y que lo más seguro es que en la madrugada del jueves padeciese un ataque de enajenación porque la actuación no tiene para ellos explicación. Los médicos les diagnosticarán en los próximos días.

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