Bancaja ofrece 550 millones y logra la tarjeta de la Universidad de Valencia

La Universidad de Valencia y Bancaja llegaron el miércoles a un amplio acuerdo por el que la caja emitirá las nuevas tarjetas universitarias, asume el coste de la implantación del software y el hardware y se compromete a aportar 550 millones en cuatro años. El acuerdo se produce tras un tenso pulso con la institución académica, que hace dos semanas estuvo a punto de cerrar un trato similar con la primera entidad bancaria de país, el BSCH. Esto forzó a la caja a pisar el acelerador y mejorar su oferta a última hora.

La entidad que preside Julio de Miguel Bancaja ha logrado dar un giro al tenso proceso de negociación que llevaba con la Universidad de Valencia, y se ha hecho a última hora con el control de un mercado universitario que representa una cohorte superior al 30% de la sociedad valenciana que está en la franja de los 18 a los 25 años. De Miguel y su director general, Fernando García Checa, alcanzaron el miércoles un acuerdo de envergadura con el rector de la Universidad de Valencia, Pedro Ruiz, y el vicerrector de Economía, Francisco Morales, por el que la entidad financiera valenciana emitirá las nuevas tarjetas inteligentes, que permitirán a los 60.000 alumnos de la Universidad acceder a su expediente académico a través de esta fórmula. Las nuevas tarjetas universitarias llevarán un chip microprocesador incorporado que permitirá a los estudiantes y a todo el personal docente y administrativo de la Universidad que opte por este sistema acceder a unas secretarías virtuales, que prestarán los mismos servicios que en la actualidad ofrecen las secretarías universitarias. Para ello, Bancaja establecerá una red de secretarías virtuales, a través de las cuales los alumnos tendrán acceso mediante una tarjeta, similar a las que operan en la red de cajeros, que llevará incorporada la información de su expediente y matrícula. Entre los servicios que ofrece, los alumnos podrán acceder a los Servicios Generales de la Universidad, hacer reservas en las aulas de libre acceso, inscribirse en actividades deportivas, consultar sus respectivos expedientes académicos o pedir cualquier tipo de certificado administrativo. Para el personal docente y administrativo de la Universidad, Bancaja tiene previsto que, a través de las citadas secretarías puedan realizar sus consultas de nómina u otros servicios específicos que habitualmente realizan a través del Personal de Administración y Servicios (PAS). Las nuevas tarjetas además servirán para identificar al personal docente administrativo y alumnos de la Universidad de Valencia, quienes podrán utilizarlas, sin coste alguno, como clientes de Bancaja. Para llevar a cabo este proyecto, Bancaja instalará ordenadores en las aulas informáticas, en los departamentos de cada facultad y en la totalidad de las secretarías, de forma que, según Bancaja, "se mejora la confidencialidad de los titulares". Además, Bancaja y la Universidad de Valencia estudiarán la posibilidad de ampliar los servicios de la secretaría virtual con la instalación de hasta 15 unidades de autoservicio en los lugares que se estimen conveniente y que permitirán el pago de tasas y certificados, y el acceso a la información. En el momento de la emisión, los interesados podrán optar por elegirlas solamente como soporte identificativo o también como tarjeta-carnet -Carjeta-, a través de la cual podrán utilizarlas como clientes de Bancaja para acceder a los productos y servicios que ofrece la entidad financiera. El coste de la emisión de tarjetas estará cubierto íntegramente por Bancaja. Así como el software (el chip que contendrá toda la información personalizada del estudiante) y el hardware (los ordenadores que se instalarán en las facultades). La contraoferta Esto ha supuesto un fuerte impulso para ganar la operación, ya que inicialmente la caja valenciana no contemplaba esta oferta, y tampoco pensaba añadir otros 250 millones además de los 300 que ya había comprometido en el convenio para la programación de Cinc Segles. Sin embargo, la dimensión del trato que el Banco Santander-Central Hispano (BSCH) estaba a punto de cerrar con la Universidad, forzó a la caja valenciana a equiparar su oferta a la de la primera entidad bancaria del país y mejorarla, incluso, en 50 millones de pesetas para no perder un cliente que, además, le ofrece la cuenta única de la Universidad, por la que año con año pasan cerca de 40.000 millones.