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La galería central del Prado sufre una filtración de agua del aire acondicionado

Un rayo provoca una falsa alarma de incendio al afectar al sistema de seguridad

La galería central del Museo del Prado, situada en la planta primera del edificio Villanueva, que expone las obras de los maestros de la escuela española del siglo XVII, se vio afectada ayer por una filtración de agua procedente de la condensación del sistema del aire acondicionado. La gotera, de unos 70 por 70 centímetros, apareció en la parte superior de la bóveda del último tramo, donde se cuelgan los cuadros de Murillo, que estuvo cerrado al público hasta las 17.45 para su reparación. El museo recibió el jueves un rayo que hizo saltar la alarma de incendio.

Los dos incidentes se dieron a conocer ayer por la tarde, por iniciativa del propio Museo del Prado y a través de una nota informativa enviada a los medios sin firma. "Ninguno de los dos hechos ha originado daño alguno sobre las colecciones del Prado", afirma el final de las 16 líneas de la nota. La filtración de ayer se produjo a la altura de la sala 29 de la galería central, sobre el primer cuadrante de la decoración de la bóveda situado a continuación de la claraboya. Sobre esa pared están colgados los cuadros de Murillo y la obra más cercana a la gotera es una Inmaculada. Este paramento da acceso a la sala 16B, donde se han montado de forma provisional las grandes de obras de Velázquez que pasarán en breve a la 12. En esta zona, en la parte superior del cuadro Los borrachos, se produjo una gotera el pasado día 1 de junio procedente del sistema de canalones y desagües de las cubiertas.

La gotera fue detectada por los servicios de vigilancia del museo en la requisa de las 7.30 de ayer. Al no conocer al principio la dimensión del incidente se cerró la galería central, que después fue acotada a unos siete metros. Una vez realizadas las obras de reparación, la galería fue abierta al público a las 17.45, aunque tras el cierre del museo siguieron trabajando en yeso y pintura.

La filtración, según la nota del museo, fue "generada por los aparatos de climatización del edificio". Se refiere al sistema del aire acondicionado que circula por los encaminados (falsos techos o buhardillas) situados en los techos de las salas o de la galería central. En este espacio, en su mayoría transitable, se encuentran también otras instalaciones, como el sistema de iluminación natural y artificial que se regula antes de su paso a las salas.

Bajar la temperatura

El sistema de aire acondicionado de los encamonados -que fueron visitados por los periodistas el 3 de junio junto con los arquitectos de la obra, Dionisio Hernández Gil y Rafael Olalquiaga, y el secretario de Estado de Cultura, Miguel Ángel Cortés- se ha incorporado al proyecto de reforma de las cubiertas para disminuir la temperatura en unos 10 grados, con objeto de preservar las instalaciones y disminuir el calor que llega a los techos de las salas por las claraboyas. El agua producida por la condensación de los aparatos de climatización, como fenómeno normal, se recoge en unas bandejas que tienen su propio sistema de desagüe. Aunque los arquitectos siguieron el incidente por la mañana, con el director del museo y cargos de la empresa constructora y del Ministerio de Educación y Cultura, no redactaron un informe técnico. El fallo constructivo o de proyecto se puede situar en las bandejas metálicas, por alguna perforación, o en el tubo de desagüe, que al no tener la inclinación adecuada provocó la inundación y la posterior filtración hasta aparecer en la parte superior de la bóveda de la galería central. Los albañiles perforaron por el yeso de esta zona hasta revisar la parte afectada.

El museo registró otro incidente el jueves al recibir a las 19.20 el impacto de un rayo sobre el pararrayos situado cerca de la puerta de Velázquez. "La adecuada captura de esta descarga eléctrica provocó un fuerte estruendo y afectó al sistema informático de seguridad, originando una falsa alarma de incendio que activó el disparo automático de las bombonas de gas halón situadas en un almacén y otras dependencias ajenas a las salas del edificio Villanueva", dice la nota informativa del museo. El Prado tiene previsto actualizar el sistema informático, cuyo concurso saldrá en los próximos días, ya que forma parte de las antiguas instalaciones de hace 25 años. El sistema informático dispara la alarma pero no distingue si la causa es un rayo, el fuego o un cortocircuito.

Los arquitectos y las empresas constructoras firmaron el pasado 9 de junio, por exigencia de Cultura, un escrito de siete puntos donde se garantiza "que las obras de arte expuestas no estarán sometidas a ningún tipo de daño a causa de filtraciones, humedades o goteras" y que "se continuará con el control de calidad".

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